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Gestión de reclamaciones y calidad del servicio.

Caso práctico

Muchos sistemas de control funcionan con tarjetas electrónicas compuestas por microprocesadores. transistores y múltiples componentes pasivos. Estos circuitos son muy fiables, pero de vez en cuando fallan por la humedad, el polvo, el fallo de algún componente, una sobrecarga, una sobretensión, etc. Localizar la avería suele ser bastante complejo y en una gran mayoría de casos se sustituye la tarjeta por una nueva. Localizar la avería y repararla puede costar dos horas y una tarjeta nueva quizás no supere los 10 €. Por ello, es fácil entender el porqué la sustitución es preferible a la reparación de ciertas averías.

Hace años, muchas empresas que hacían el mantenimiento de estos equipos tenían un taller de reparaciones que, en la práctica, ha desaparecido. Sólo se realizan las reparaciones de ciertas piezas y sistemas electrónicos de alta potencia, elevado coste y en los que las empresas ya disponen de un repertorio de averías típìcas y conocen qué hay que hacer para una rápida reparación. En el resto de los casos se opta por el recambio. A ello se ha llegado, en gran medida, por el abaratamiento de muchos componentes y equipos y por el aumento del coste de la mano de obra.

Este procedimiento permite resolver una de las causas por la que se producen quejas y reclamaciones: el coste imprevisible de un servicio de reparación. Cuando un técnico detecta la parte del sistema que falla, realiza un presupuesto preliminar de la avería contando con el recambio del bloque averiado: el motor, el contactor, el presostato, la placa de control o la junta hidráulica. De este modo, la competencia técnica del técnico de reparación de averías ha quedado limitada al diagnóstico de la misma y a la sustitución de equipos y piezas. Hace años, era impensable realizar presupuestos ajustados en muchas averías, y el cliente esperaba expectante el coste final que, en ocasiones, era mucho más alto de lo esperable. Especialmente por el coste de la mano de obra al tener que reparar la parte averiada. Y, no era extraño que, al cabo de un cierto tiempo volvera a reproducirse el fallo.

Tarjeta electrónica para reparar
PxHere (CC0)



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