Caso práctico
Esta mañana Juan, María y Ana han quedado a primera hora en el despacho de Ada. Según les comentó ayer Ada, antes de cerrar, urge comenzar a planificar un proyecto nuevo que ha llegado a la empresa. Se trata de desarrollar una aplicación informática para una empresa de la industria de la madera. La empresa se dedica a la fabricación de mobiliario de diseño, así como a su distribución y venta.
La aplicación que desarrollen debe gestionar una gran volumen de piezas diferentes, piezas de chapa y madera, permitiendo diseñarlas desde la forma más simple a la más compleja. También, debe permitir desplegar y gestionar directamente la evolución de la pieza añadiendo pliegues, cortes, deformaciones, etc. Por descontado, debe gestionar también el almacenamiento de todas esas piezas y los productos finales.
Ada y Juan tienen claro que en esta aplicación no tiene cabida el uso de bases de datos relacionales, ya que habrá que almacenar un gran volumen de datos diferentes, con propiedades y comportamientos que no son fijos, y con complejas relaciones entre ellos. Será necesario un tipo de bases de datos más avanzado, posiblemente orientadas a objetos u objeto-relacionales, sin las limitaciones que presentan las bases de datos relacionales, entre ellas, que solo son capaces de manejar estructuras muy simples (filas y columnas).
Ana ha estado algo callada durante la reunión, sabe que ella va a echar una mano en este proyecto junto a Antonio, y necesita repasar muchísimo sobre bases de datos avanzadas. Lo primero que ha decidido hacer es coger sus apuntes del ciclo de DAM e ir echando un vistazo a las características de las bases de datos orientadas a objetos y objeto-relacionales.