Caso práctico
Juan no ha entrado con buen pie esta mañana en la oficina. Ha llegado a primera hora con mucho trabajo pendiente y está teniendo contratiempos, puesto que su ordenador no ha querido arrancar. María, que siempre está encantada de desmontar cajas y ver qué hay por dentro, le está echando una mano para averiguar dónde está la avería.
-Siempre me ha llamado la atención cómo todos los dispositivos encajan en la placa y con la caja para funcionar en conjunto -le cuenta María a Juan-, aunque cada uno de ellos sea independiente y tenga su función concreta, en realidad por sí mismos no hacen nada. Tenemos la memoria, el disco duro, la placa, e incluso la placa está compuesta de otros elementos más pequeños con su propia función, fíjate por ejemplo en el chip que contiene la BIOS... Aquí está, la fuente de alimentación ha sufrido un cortocircuito, probablemente hayamos tenido algún pico de tensión esta noche y te ha dejado la fuente literalmente “frita”. No te preocupes, la cambiaremos por una nueva y en la próxima reunión del equipo propondremos instalar un sistema de alimentación ininterrumpida propio para evitar que vuelva a suceder.
Como bien ha observado María, un equipo informático está formado por una serie de componentes electrónicos con un función muy específica que pueden incorporarse a sistemas más grandes (a veces no tienen sentido fuera de estos sistemas más grandes). Se producen en serie lo que permite reducir costes y mejorar la calidad del producto final, al ser bien conocido por sus fabricantes.
Es aquel en el que el tiempo de transferencia de energía no se detiene o se interrumpe