Caso práctico
Tras todo el proceso de desarrollo y prueba de software, BK programación ya tiene terminada la aplicación de Gestión Hotelera. Ana y Antonio se sienten muy satisfechos de haber colaborado en el desarrollo de un proyecto tan importante para la empresa y se sienten con ganas de iniciar un proyecto nuevo. Sin embargo, Ada les pone los pies en el suelo, ya que el proyecto no está terminado, ni muchos menos. Ana pregunta a Ada:
—¿Cómo qué la aplicación no está terminada?
—Claro que no está terminada, —le responde Ada—, queda lo más importante: la documentación.
—Pero, ¿si el código está lleno de comentarios? Está documentado incluso el proceso de prueba —contesta Ana—.
—Falta la creación de la ayuda de aplicación, de la ayuda contextual, del manual de usuario, etc.—replica Ada—.
—¿La ayuda y los manuales? La verdad es que todas las aplicaciones tienen ayuda cuando pulsas F1 y también manuales de instalación y uso.
—No te preocupes Ana. Vamos a dividir el trabajo, para que elaboremos, entre todos, la ayuda y la documentación.
Aunque una aplicación sea completamente operativa, y realice todo aquello para lo que fue diseñada, el proyecto no finaliza hasta que no se elabora la documentación. Todo proyecto informático debe proporcionar un sistema de ayuda, que sea completo y que sirve al usuario o usuaria de la misma, a utilizar la aplicación de forma correcta. También es preciso elaborar el manual de usuario. Hoy en día es muy común la utilización de manuales multimedia e interactivos.