En una persona de avanzada edad, ¿qué afecta más, los cambios físicos o los cambios psicológicos?:
Cambios Psicológicos.
Los cambios psicológicos son los que tienen un mayor impacto en los individuos de edad avanzada, y no porque los otros sean menos importantes, sino porque a parte de los cambios psicológicos propios de la edad, hay que sumarles la carga psicológica que tiene sobre las personas todos los cambios físicos comentados anteriormente y los cambios sociales.
En la dimensión psicológica se producen cambios cognoscitivos. El procesamiento de la información se ralentiza, dificultando la resolución de cualquier problema mental, lo que no quiere decir que sean incapaces de realizar ese tipo de actividades. En la memoria a largo plazo si que se produce una involución.
En la senectud son muchos los cambios biológicos y sociales (jubilación, estatus económico, viudedad...), la persona se tiene que ir adaptando a todas estas nuevas situaciones que repercuten en su salud mental. Dependiendo de la capacidad de adaptación de cada persona a estas situaciones, su salud mental se encontrará en mejor o peor estado, influyendo en gran medida en su afectividad y emotividad.
Así, la personalidad en la senectud suele volverse egocéntrica, debido principalmente a la resistencia a todos estos cambios, a la necesidad de reafirmar su personalidad y a su personalidad autoritaria que les otorga la edad. Esto lo podemos constatar en el ejemplo expuesto anteriormente en el que el anciano rechaza la ayuda; se niega a asumir que la necesita, y así, se otorga una mayor independencia.
Vamos a analizar algunas de las situaciones sociales a las que se enfrenta un anciano y cómo puede estas afectarles a nivel psicológico:
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Jubilación: Algunas personas pueden considerar este cambio social como una nueva etapa en la que se le reconoce todo su trabajo y a partir de la cual podrá disfrutar del tiempo libre; sin embargo, otras personas lo pueden tomar como una perdida de poder adquisitivo y de autoestima, ya que la sociedad lo considera una persona no capacitada para el trabajo. Son usuales las expresiones del tipo: ya no valgo para nada. En el apartado de necesidades psicológicas, ya veremos que algunas de estas son el respeto, el afecto, el reconocimiento por parte de otros... y todas estas se pierden en parte con la separación del grupo de trabajo en el que se estuviera inmerso.
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Duelo: Con el envejecimiento se van eliminando muchos vínculos afectivos, y sufren la perdida, ya sea por fallecimiento de sus parejas, o de otros familiares allegados, de sus amigos e incluso a veces de sus propios hijos, con lo que se suma a muerte de un ser querido, una progresiva situación de aislamiento afectivo. Cada fallecimiento les recuerda que en cualquier momento puede llegar su turno. A veces los vínculos con los hijos se suele debilitar con la edad y en ocasiones se ven con poca frecuencia y cuando conviven con ellos se sienten como una carga.
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Cambios físicos: Su importancia es mucho mayor del que pudiera tener el valor estético. Aparece la debilidad física, te vuelves lento y torpe e incluso se puede llegar a producir una dependencia de terceras personas. Aparecen expresiones del tipo: "ya sólo soy un estorbo", "No valgo para nada"...