Fue teorizada por Sigmund Freud, y según esta, nuestros actos están dirigidos por el inconsciente mediante instintos o impulsos principalmente de tipo sexual. Así, Freud considera la personalidad como el resultado de la interacción de tres fuerzas:
- Ello. Se trata de impulsos primitivos e irracionales que necesitan una satisfacción inmediata y que se rigen por el principio del placer. Son impulsos inconscientes ya sean reprimidos o no. Un ejemplo de esto sería la libido.
SIRIUS. Uso educativo no comercial. Elaboración propia. |
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Superyo: Esta parte de la personalidad se desarrolla a lo largo del tiempo con la experiencia social y la educación e intenta ajustar la conducta a las normas sociales. Sería una fuerza contraria al "Ello", y por tanto inhiben o reprimen los instintos sexuales y la agresividad.
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Yo: Representa un sistema consciente del individuo que controla la interacción entre el placer (ello) y la represión (superyo).
Aparte de analizar las fuerzas que influyen en la personalidad, Freud formuló la teoría del desarrollo psicosexual de la personalidad, de como se conformaba esta personalidad según la cual el desarrollo psicológico en la infancia pasa por una serie de etapas en las que la energía sexual se centra en diferentes regiones corporales, denominadas zonas erógenas y que responden intensamente ante el placer. Si se complacen demasiado o si se les priva de él de manera exagerada, se crea un conflicto que se fija en esa etapa y retarda su desarrollo psicológico.
Según la teoría freudiana, las etapas de desarrollo psicosexual en la infancia son las siguientes:
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Etapa oral: La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca es la principal zona en la que se busca el placer. También es la boca una de las principales zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus elementos, y esto explicaría la propensión de los más pequeños a intentar "morderlo" todo. Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría producir un bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente (siempre según Freud).
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Etapa anal. A lo largo del segundo o tercer año de vida. El niño goza al orinar y al defecar, con la relajación de los esfínteres. Cuando empieza el control de esfínteres se puede generar un conflicto en esta etapa. El niño que fije el conflicto en esta etapa desarrollará un pudor excesivo ante los malos olores, gran pulcritud y poseerá un autocontrol rígido.
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Etapa fálica. Desde los tres años a los cinco aproximadamente. Aquí el niño comienza a sentir atracción por el sexo contrario y adopta las características de la personalidad correspondientes con su tipo sexual y las incorpora al superyo. Cuando existe una mala identificación con los progenitores del propio sexo surgiría la homosexualidad.
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Periodo de latencia. Desde los 5-6 años hasta el comienzo de la pubertad. Freud consideraba que que en este periodo no aparecían conflictos sexuales importantes, sino que el niño se interesaba por los aspectos sociales y morales de la personalidad.
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Etapa genital. Incluye toda la pubertad. Comienzan las relaciones sexuales satisfactorias pero siempre moduladas por la sociedad.
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