Phillips 66.

Consiste en dividir a un grupo grande en subgrupos de seis personas, para que durante seis minutos los seis miembros expongan su opinión sobre el tema a debatir.

Antes de comenzar se explicará al grupo las reglas y la finalidad de la técnica. Cada subgrupo deberá escoger a un moderador o portavoz que será el encargado de sintetizar las ideas aportadas, mediar en caso de conflicto, reconducir la discusión y hacer participar a todos. Terminados los seis minutos será el encargado de exponer al grupo grande las conclusiones a las que se han llegado. Cada uno de los portavoces de los subgrupos debe llegar a un acuerdo con el resto de los portavoces.

Lo que se pretende con esta técnica es la participación de todos los miembros de equipo. Ésta resulta más fácil si el grupo es pequeño, por ello se subdivide en grupos de seis, ya que las personas tímidas o más pasivas no pasarán tan desapercibidas y se verán obligadas a participar. Superaran así el temor a hablar en público.

También se utiliza para conseguir reunir en corto espacio temporal distintos puntos de vista para evitar una única interpretación subjetiva y que el diálogo y las conclusiones sean mucho más ricos, al contar con los conocimientos y la experiencia de todos los componentes del equipo.

Suele aplicarse después de actividades más receptivas que activas, como una charla, proyección o dramatización.