En este apartado vamos a continuar estudiando otra forma de autolisis, hasta ahora hemos visto las características generales y los intentos autolíticos en el interior de la vivienda; Ahora vamos estudiar las amenazas por precipitación, que aunque son menos numerosas son muy vistosas y llamativas para todas las personas que se encuentren por la zona. Cuando llegue al lugar donde se está produciendo esta emergencia, a parte de seguir las indicaciones generales, debes:
- Seguramente no seremos los primeros en llegar, y con el suicida habrá más gente, curiosos, familiares, vecinos etc, con lo cual debemos hacer que se fije en nosotros llamando su atención. Por ejemplo, puedes entrar con los brazos en alto, ya que esto llamará su atención y además le estás demostrando que no eres una amenaza para él.
- Debemos tranquilizarle, respecto a nuestras intenciones, por tanto, nos identificaremos como personal sanitario y le demostraremos de una forma evidente que no queremos cogerle, para ello nos podemos sentar a una distancia de seguridad que nos suele marcar él.
- En muchas películas y series hemos visto que en cuanto la víctima se despista se le agarra, se le reduce y se acabó el problema; pero esto no es así en la vida real y debemos evitar intentar agarrarlo o cualquier movimiento brusco, puesto que esto asustará al paciente y puede que hagamos que se precipite en su decisión. Además, por muy fuerte que estés, levantar el peso de una persona mientras que esta se retuerce en el vacío es muy complicado. También corres el riesgo que cogerlo por la ropa, la cual que puede romper, desabrocharse,...
- Así, también le tienes que hacer ver este último punto al suicida, ya que puede que se precipite pensando que tú vas a ser lo bastante rápido y fuerte como para evitarlo.
- Cuando el suicida desiste de su actitud (y sobre todo si este cambio ha sido muy repentino), nos encontramos en el momento de mayor riesgo a causa del llamado impulso suicida. No debemos darle tiempo de que se replantee la situación, para la cual emplearemos la estrategia de abrazo instrumental:
- Primero le abrazaremos emotivamente y haremos un comentario del tipo: "que alegría que hayas cambiado idea".
- Tras esto, le pasaremos un brazo por los hombros y de este modo le acompañaremos a la ambulancia.
Con esta actuación conseguimos un contacto muy íntimo con el suicida y podremos agarrarle al menor intento de zafarse. Además, lo realizamos de tal manera que el suicida no se percate de nuestras verdaderas intenciones y que pueda asustarse.
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