Personas con conductas agresivas.

Mohamed Hassan. pxhere Procedencia.

Cuando llegamos a una emergencia en el que existe un individuo agresivo, lo primero que hay que hacer es tranquilizarse uno mismo, ya que como hemos visto el nerviosismo y el miedo se transmiten de una persona a otra y esto es justamente lo que menos falta nos hace.

Además, también evitaremos ciertas actitudes por nuestra parte que pueden desencadenar respuestas agresivas; estas actitudes serían:

  • Apatía y frialdad en el trato.
  • Tratarlo con menosprecio o condescendencia.
  • Impaciencia, en cualquier situación de emergencia, hay que pensar que el tiempo corre a nuestro favor. En este caso, la tensión que provoca la agresividad puede llevar al agotamiento del sujeto, lo que lo hace entrar en una pauta más razonable.
  • Evitaremos emplear amenazas, coacciones o insultos en nuestro trato. Aunque el nos insulte no hay que seguirle el juego y tomarlo como algo personal, ya que no lo es, sino que van dirigidos a instituciones, circunstancias o el mismo destino.
  • Tampoco recriminaremos en ningún momento su actitud, ni siquiera después de que se haya tranquilizado, ya que se puede volver al estado de violencia inicial.
  • Tenemos que evitar posturas o gestos que puedan transmitir amenaza al sujeto. Muchas veces uno de estos gestos nos indica poco, pero la suma de todos si que puede parecer hostil:
  • Permanecer de pie y en posición frontal.
  • Colocarse a una altura superior a la suya; Si el esta sentado, nosotros nos podemos agachar para mirarlo a su misma altura.
  • Colocar los brazos en jarra, o cruzarlos sobre el pecho.
  • Señalar con el dedo de manera acusadora.
  • Mantener un contacto ocular prolongado.
  • Los movimientos rápidos o dar la espalda con desaire.

A parte de tener en cuenta todos estos aspectos a la hora de tratar con alguien violento, también es importante mantener una serie de medidas de seguridad, las cuales no nos deberíamos saltar en ninguna ocasión. Aunque ya has estudiado algunas de estás, aquí las amplío para situaciones más peligrosas como puede ser esta:

  • Disponer siempre de una vía accesible, rápida y segura para poder escapar en caso de intento de agresión. Así, por ejemplo, si nos encontramos a solas con el agresor, es recomendable no cerrar la puerta del todo, para poder huir más rápidamente o para que tus compañeros te ayuden a reducirlo en caso necesario.
  • No llegar nunca al lugar donde se encuentra el agresor por la espalda, ya que lo podría interpretar como una amenaza.
  • Dejar una distancia de seguridad con el agresor, mínima de un brazo de distancia.
  • No dar jamás la espalda al agresor, ya que nos quedaremos indefensos y ofrecemos mayor superficie de ataque. La mejor posición es ligeramente de lado, ya que ofrecemos menos superficie de ataque y en caso de tener que darnos a la fuga, nuestro tiempo de reacción será menor.
  • Evitar en la medida de lo posible la presencia de otras personas o medios de comunicación, ya que muchas veces por orgullo puede que nos cueste más que deponga esa actitud agresiva.
  • Si va armado, avisar inmediatamente a la policía y dejar el asunto en sus manos. La recomendación es; no intervenir en absoluto a no ser que sea totalmente imprescindible o que exista una relación de confianza previa. En tal caso, no debemos coger nunca el arma con las manos, ni de las manos del otro. Solicitaremos al agresor que la deposite sobre el suelo, puesto que un cambio repentino de idea puede provocar un peligroso forcejeo.