Tomás Montero. CC by-nc-nd. Procedencia.
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Puede suceder que a lo largo de tu trabajo te veas obligado a comunicar el fallecimiento de un familiar o conocido a los allegados. Esta es una tarea realmente difícil y a la que nadie le gusta tener que enfrentarse.
Tampoco existen fórmulas mágicas para este tipo de comunicación, y así, deberás adaptar tu discurso a la situación y a las características personales que tengas enfrente. A modo general, podemos plantear las siguientes recomendaciones:
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La noticia ha de darse en persona, la vía telefónica sólo se usará en el caso de que tengamos la certeza de que la noticia se hará pública antes de que se pueda llegar al familiar para su comunicación.
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Propicia la intimidad y aparta a los familiares del resto de personas para darles la noticia. Así, debería ser un sitio donde se encuentren cómodos y donde puedan sentarse.
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Es peligroso no saber que decir en estos casos, con lo cual procura llevar un guión mental de lo que pretendes decir.
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Debes intentar conseguir toda la información posible de lo acontecido antes de comunicar una mala noticia, ya que tras la comunicación, te preguntarán intensamente sobre las circunstancias que han rodeado el suceso, y cualquier equivocación o duda sobre lo ocurrido puede levantar suspicacias.
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Ante el desconocimiento sobre alguna de las preguntas de los familiares, jamás debes mentir, simplemente di que desconoces ese dato y que en cuanto tengas esa información se la harás saber.
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Procura no dar la noticia a pasos. Por ejemplo, si conoces la defunción de una persona, no le comuniques a los familiares que está muy grave para ir preparándolos para la cruda realidad, es mejor que les des la noticia directamente.
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Tras la noticia de un fallecimiento, las reacciones pueden ser muy dispares, desde una inmovilidad y falta de expresividad total, hasta la actividad exacerbada. Ya conoces que estas reacciones son normales ante estas situaciones. Tras un periodo razonable pregúntale si hay algo que puedas hacer por esta persona, o que si quiere que llames a algún otro familiar para que le acompañe.
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Puedes utilizar frases que muestren tu comprensión, aunque siempre dejando claro que su dolor es individual. Intenta hacerles ver que sus reacciones son normales y que por tanto no deben de reprimirlas.
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Procura que la información vaya dirigida a la mayor cantidad de familiares posibles a la vez. Así, también evita hacer pactos de confidencialidad.