En relación a la dificultad para reconocer la violencia de género, los principales errores que suelen cometer el personal sanitario son:
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No considerar la violencia como un problema de salud.
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La creencia de que la violencia no es tan frecuente y por tanto no se está alerta ante este problema.
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Intento de racionalización de la conducta del agresor.
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Desconocimiento de las estrategias para el manejo de estas situaciones. Este desconocimiento puede hacer que aparezcan miedos a ofender a la víctima, a empeorar la situación, miedos por la seguridad propia o por la de la víctima.
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Formación deficiente y dirigida básicamente al cuidado físico del paciente, obviando la importancia de los problemas psicosociales.