No podemos olvidar que aunque las fases de organización de una catástrofe están teóricamente bien definidas y establecidas, la realidad, sobre todo cuando la dimensión de la catástrofe es muy grande, supera a las administraciones más previsoras y mejor organizadas, es decir, la propia catástrofe y el personal que vaya dirigiéndose al lugar del suceso tiene que tener una capacidad de adaptación importante a los recursos de los que disponga.
Normalmente el momento inicial suele ser el más complejo, pues se tarda un tiempo en sectorizar, desplegar y organizar todos los recursos, y en muchos casos el rescate inicial debe realizarse lo antes posible. Con todo esto tenemos que tener presente, que los mismos equipos de rescate tendrán que improvisar y adaptarse al realizar la primera noria de camilleo, y así en algunos casos de gran envergadura, se han empleado incluso bancos de los parques, o puertas como improvisadas camillas, que han realizado perfectamente esta función. A este tipo de elementos improvisados se denomina medios de fortuna.