Nils van der Burg. CC by-nc-sa. Procedencia. |
Uno de los principios de la logística que vimos en las primeras unidades, adquiere especial importancia en la gestión del material de primera intervención. Se trata del principio de flexibilidad, en donde se hace patente la necesidad de que tanto el material como el personal debe tener la capacidad de adaptarse a situaciones diversas. El material más adecuado será aquel que pueda utilizarse para realizar el mayor número posible de funciones, es decir, que se trate de un material multifuncional. Del mismo modo el personal debe estar entrenado para realizar el mayor número de actividades y manejar eficientemente este material para poder aprovechar sus múltiples utilidades.
La diversidad de material disponible para su uso en emergencias sanitarias hace realmente difícil concretar aquellos elementos que son indispensables, pero que a su vez garanticen que los equipos dispongan de todo aquello que sea necesario para el ejercicio de su trabajo sin inconvenientes. Las actuaciones en catástrofes implican trasladar todo este tipo de material, por lo tanto su selección será la primera tarea a realizar.
Ya sabemos que la aparición de una catástrofe conlleva generalmente la ruptura total de los servicios normales de la zona, lo que dificulta aún más el trabajo, pues en grandes catástrofes no nos podemos limitar a pensar que el material necesario va a ser básicamente el material asistencial y de rescate, sino que se debe comenzar por lo más básico: electricidad, iluminación, agua, comunicaciones, etc.
Junto con la compleja organización de la catástrofe va a ser esencial emplear los mecanismos adecuados para el despliegue del material necesario, que deberá realizarse en el menor tiempo posible, pues muchas de las actuaciones de los equipos no podrían realizarse sin este material. De ahí que los procesos de transporte de material serán también una de las actuaciones específicas que debemos conocer, tanto en la preparación previa de contenedores que trasladen este tipo de material, como la clasificación y características de éstos para que al llegar al lugar de los hechos sea fácil la distribución de todo lo trasladado.
Y por supuesto debemos considerar que aunque la mayoría de los procesos que se elaboran para la gestión de catástrofes están protocolizados para facilitar actuaciones simultáneas de todos los intervinientes, y gestiones rápidas, cada catástrofe va a tener unas particularidades. En el tema del material estas particularidades van a condicionar de forma muy importante las necesidades de material que la propia catástrofe demanda. Es evidente que no va a ser igual atender a las víctimas de una explosión y posterior incendio, que a víctimas rescatadas entre los escombros de un edificio tras un terremoto. Ante estas particularidades numerosas agencias internacionales decidieron estandarizar estos suministros para emergencias. Esto permite mantener un estándar de calidad en cuanto a las especificaciones técnicas de los suministros, y facilitar su uso por distintos profesionales. Además esto también permite contabilizar más fácilmente de la disponibilidad de estos suministros estandarizados.
En esta unidad vamos a trabajar los tipos de material necesario para garantizar una adecuada actuación de los equipos de emergencias en una primera intervención, junto con los medios de transporte para su traslado y aquellas particularidades en la gestión de material que debemos conocer atendiendo a las características de un evento en concreto.