La medicación que
actualmente existe en el mercado es muy variada, aunque en el caso de
fármacos empleados para una primera asistencia se reduce de manera
considerable, si tenemos en cuenta que la asistencia sanitaria
extrahospitalaria no tiene como objeto el tratamiento definitivo,
sino la estabilización del paciente en las mejores condiciones para
poder admitir un traslado en las mejores garantías de salud.
Por todo esto la
medicación destinada a la primera intervención va dirigida a:
-
Analgesia,
sedación y relajación: El tratamiento del dolor va a
ser una de las primeras actuaciones que van a realizarse en los
pacientes, pues ni en los casos con menos posibilidad de
supervivencia se puede desestimar una asistencia mínima que evite
sufrimiento de éstos. Además un paciente relajado y en algunos
casos sedado será fundamental para poder realizar una serie de
maniobras terapéuticas o la colocación de determinados materiales
de soporte, como en las técnicas de intubación ventilatoria. El
listado de fármacos disponibles para dar analgesia, sedación y
relajación es muy amplio, aunque se seleccionan algunos de ellos
como el cloruro mórfico (analgésico de referencia),
fentanilo (analgésico), midazolam (sedante),
succinilcolina (relajante de efecto rápido) y vecuronio
(relajante de efecto más tardío y prolongado).
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Fármacos destinados
a la estabilización hemodinámica: Este tipo de
fármacos están destinados a mejorar la situación hemodinámica
del paciente, fundamentalmente a recuperar la tensión arterial. La
mayoría de los fármacos pertenecen al grupo de fármacos agonistas
adrenérgicos, es decir, que activan el sistema nervioso
simpático, tanto la frecuencia cardiaca, como una vasoconstricción
selectiva encaminada a aumentar la tensión arterial.
-
Fármacos destinados
a la reanimación cardiopulmonar: la reanimación
cardiopulmonar (RCP) va a ser una de las técnicas asistenciales
frecuentemente utilizadas para atender a víctimas de una
catástrofe, por supuesto en aquellos casos en los que las víctimas
se encuentre en parada cardiorrespiratoria. Las técnicas de RCP se
complementan con una medicación que colabora en la recuperación.
Entre los fármacos más empleados en RCP se encuentran: adrenalina
y atropina, como fármacos que intervienen, igual que en el
caso anterior, sobre el sistema nervioso autónomo, simpático y
parasimpático.