El estudio del cuerpo humano requiere que comprendas su organización y funcionamiento como una unidad. Aunque más adelante entraremos en detalle por partes o fragmentos, es necesario hacer el esfuerzo previo que te permita observar el organismo como un todo, una máquina de extraordinaria complejidad formada por un gran número de piezas. ¿No es esa la imagen que los dibujos animados nos ofrecen de un cuerpo repleto de duendecillos trabajando como en una fábrica? Esta visión global te ayudará a entender las relaciones necesarias entre esas piezas y el funcionamiento en cadena, una actividad que requiere del trabajo previo para poder llevar a cabo el siguiente. Incluso te facilitará la compresión de las enfermedades ya que, aunque tengan su origen en un lugar concreto, van a producir alteraciones en diferentes niveles. Sabes por ejemplo que la gripe se padece por la entrada de un virus por vía respiratoria, pero también conoces los trastornos que ocasiona en distintas partes del cuerpo: dolor de cabeza, fiebre, pérdida de apetito, dolor muscular generalizado... Ello demuestra que un problema originado en una parte del organismo acaba afectando al resto, precisamente por esa conexión que existe entre todas las partes. Mucho más presente encontramos los trastornos ocasionados por el COVID-19 que acaba atacando a distintas partes de nuestro cuerpo. Pero ¿cómo está organizado el cuerpo humano? ¿Qué orden sigue? ¿Quién da órdenes y quién las recibe? La primera pieza de todo ese engranaje es la célula, la parte viva más pequeña y con organización más sencilla. Todos los seres vivos se encuentran formados por células. |
Unidad estructural y funcional básica del organismo capaz de realizar todas las actividades propias de los seres vivos.