Los sistemas de oxigenación y distribución.

Corazón
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Autor: Blausen Medical Communications, Inc., Dcoetzee. CC

Procedencia.

Vamos a ver cómo van a intervenir otros sistemas para colaborar en esta grata actividad de comer una manzana que está llevando a cabo el organismo.

Para que los músculos puedan contraerse, y así sea posible el movimiento para coger la manzana, hay que proporcionarles alimento y también oxígeno, una molécula imprescindible para cualquier actividad celular.

El aparato circulatorio va a ser el encargado de llevar a todas las células del organismo lo necesario para que puedan ejercer sus funciones. A su vez, captará los productos resultantes de la actividad celular para que puedan ser eliminados del organismo. Todo ello va a ser posible gracias a una bomba, el corazón, que va a impulsar rítmicamente la sangre a través de los vasos sanguíneos.

También incluye el sistema linfático, que es un sistema auxiliar de transporte de líquidos, células y otros productos, para devolver a la sangre lo que va captando del espacio que hay entre las células. Ya lo verás con más detalle cuando se describa el aparato circulatorio.

Recuerda

Forman parte del aparato circulatorio: el corazón, los vasos sanguíneos, la sangre y también el sistema linfático.

Sistema circulatorio

Autor: Amebanature CC

Procedencia.

No podemos olvidar todos los órganos que van a permitir la entrada de aire para que el oxígeno pueda penetrar en la sangre y ser distribuido en el organismo. Se trata del aparato respiratorio, que como puedes intuir debe estar íntimamente relacionado con el circulatorio.

El aparato respiratorio lo constituyen los pulmones y las vías respiratorias, que son los conductos a través de los cuales pasa el aire: la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios.

Seguramente habrás oído en alguna visita médica por un simple catarro: ‘Nada, se trata sólo de un problema de vías superiores’. Con ese término se refiere a nariz, faringe y tráquea. Mientras que las vías respiratorias inferiores incluyen tráquea y bronquios.

La función principal del aparato respiratorio será pues conducir el oxígeno hasta el interior de los pulmones, donde tiene lugar el intercambio entre oxígeno y dióxido de carbono; y de vuelta, conducir el dióxido de carbono para que sea eliminado al exterior.