Ante cualquier problema de salud, uno de los datos más valorables para concretar la sospecha diagnóstica es la detección de signos. Ante una urgencia, por ejemplo, las primeras comprobaciones a realizar están relacionadas con la detección de determinados signos. ¿Está consciente? ¿Respira? La inconsciencia y la ausencia de respiración son signos que podemos verificar perfectamente. A nivel mucho más cotidiano existen también signos compartidos por distintas enfermedades, como por ejemplo:
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Expulsión brusca del aire de los pulmones que se produce como mecanismo de defensa, ya sea reflejo o voluntario, ante la irritación de las vías respiratorias bajas, como por ejemplo por el humo del tabaco. Es un signo que a menudo indica infección respiratoria pero puede presentarse también en otros trastornos respiratorios y en enfermedades cardíacas.
Expulsión del contenido del estómago precedido normalmente por la náusea. Generalmente se produce por un problema en el estómago, pero también puede tener otros orígenes, como por ejemplo, algunas enfermedades del sistema nervioso, como la meningitis, e incluso puede acompañar a dolores intensos.
Aumento de la temperatura corporal por encima de 37ºC, que como sabemos se determina con el termómetro, aunque un aumento de temperatura entre 37ºC y 38ºC se denomina febrícula.
Aumento de temperatura entre 37ºC y 38ºC.