Aunque resulte difícil separar los elementos que componen el sistema nervioso, desde el punto de vista anatómico, podemos decir que está formado por dos partes: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.
Está formado por el encéfalo, en el interior del cráneo, y la médula espinal, que discurre a lo largo de la columna vertebral. Es la parte del sistema nervioso con funciones más complejas, ya que controla y regula la actividad de gran cantidad de órganos y además ejerce las funciones intelectuales.
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Es el conjunto de nervios que transmite los impulsos nerviosos desde la médula espinal a las distintas partes del cuerpo.
Es la parte contenida en el interior del cráneo y la columna vertebral, estructuras óseas que le protegen. Está formado por el encéfalo, en el interior del cráneo, y la médula espinal, que discurre a lo largo de la columna vertebral. Sus funciones son complejas, ya que controla y regula la actividad de gran cantidad de órganos y además ejerce las funciones intelectuales.
Es un cilindro de tejido nervioso que se dirige en dirección caudal a partir del tronco del encéfalo, recorriendo el interior de la columna vertebral, y es la encargada de llevar impulsos nerviosos a los 31 pares de nervios que salen a lo largo de toda su longitud, a ambos lados, que conectarán con las distintas partes del cuerpo, constituyendo el sistema nervioso periférico, comunicando el encéfalo con el cuerpo.