Se trata de una relación de ayuda, pero no desde el plano de la "autoridad", sino desde el plano de la cercanía, del conocimiento de las características propias de la persona con la que está interviniendo. Una relación de ayuda desde el plano del respeto a la autodeterminación de la persona, utilizando como vehículo transversal la afectividad, la empatía, y la escucha activa.

El acompañamiento significa "caminar junto" o al lado de la persona que se encuentra en situación de dependencia, en su día a día, en sus actividades rutinarias y extraordinarias. Se acompañar para minimizar el riesgo de aislamiento social que puedan sufrir las personas que se encuentran en situación de dependencia.

En esta labor de acompañamiento, el Técnico tendrá que tener en cuenta que la persona se encuentra en situación de vulnerabilidad, y que, en muchas ocasiones, esta vulnerabilidad será también psicológica, por lo que aparecerán sentimientos de tristeza, angustia, e incluso depresión. En estos momentos, el acompañamiento será vital para que la persona se sienta apoyada y que sienta que no está sola. Este acompañamiento no debe concebirse de forma literal. No se trata de que la persona que le acompaña esté físicamente al lado de la persona dependiente, sino de que se sienta acompañada. Se trata de que entienda que puede contar con alguien cuando lo necesite. Es verdad que a veces la persona puede encontrase muy sola, aunque esté rodeada de muchas personas. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario: puede sentirse muy acompañada porque sabe que otras personas acudirán a su lado cuando lo necesite, aunque físicamente se encuentre sola en su dormitorio o en su casa.

Las funciones del Técnico, en cuanto al acompañamiento se refiere, difieren dependiendo del contexto donde se realice su trabajo, ya sea en una Institución o en ámbito domiciliario.

En la institución su trabajo estará enmarcado dentro de un equipo de trabajo interdisciplinar, donde las tareas se distribuyen entre los distintos profesionales. Como se ha comentado, este equipo de profesionales estará compuesto entre otros, por personal sanitario como médicos, enfermeros o enfermeras, fisioterapeutas, … y personal del ámbito psicosocial, como psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, integradores sociales, animadores socioculturales, y técnicos en atención a personas en situación de dependencia.

En el ámbito de la Institución, el trabajo del técnico estará enmarcado en el equipo y sus funciones están determinadas, teniendo establecida de forma clara su competencia en los siguientes ámbitos:

• Área Sanitaria:

  En este área el técnico realiza las tareas según lo establecido por los profesionales sanitarios y siguiendo los protocolos y programas personalizados de intervención.

  En concreto, el acompañamiento del técnico a la persona consiste no sólo en una labor de detección de posibles alteraciones respecto a la salud, ya sea física o psíquica, sino también en una labor preventiva en temas como caídas, aparición de úlceras, etc.

  La labor de acompañamiento a los usuarios y usuarias le proporcionará una información muy valiosa en cuanto a dificultades motrices. Esta información le posibilitará tomar medidas preventivas e informar a otros profesionales y familiares.

  En esta área, el técnico también tiene entre sus funciones el acompañamiento a la persona usuaria a los centros de salud u hospitalarios, bien sea a consultas de especialistas, a servicios de urgencias o incluso a intervenciones quirúrgicas.

• Área de Apoyo Psicosocial:

  En la Institución la labor fundamental del Técnico en esta área será la de acompañar a las personas usuarias y a sus familiares durante el periodo de adaptación en la vida del centro. Para ello, colabora en la acogida y recepción de la persona. Además será su profesional de referencia, acompañando a la persona y a sus familiares en todo momento, tanto en el la visita a las instalaciones y servicios del centro como en la presentación de los compañeros y de los profesionales. Este acompañamiento posibilita al Técnico poder estar atento a las necesidades y deseos de la persona usuaria y de sus familiares.

  También es en este ámbito donde se informará a la persona usuaria y a sus familiares sobre las normas del centro, para una óptima convivencia.

  El apoyo psicosocial también engloba la mejor comunicación tanto con sus compañeros y compañeras del centro como con el exterior. Por ello, la labor de acompañamiento incluirá la asistencia a excursiones, paseos por el entorno, pequeñas compras en las tiendas de la zona, etc.

  Por último, resaltar dentro de esta área una de las funciones más delicadas que tiene el Técnico, que consiste en acompañar a la persona usuaria en situación de enfermedad terminal y a sus familiares en los momentos previos a la muerte. De igual manera, su labor no terminará cuando el usuario haya fallecido, sino que acompañará  en el proceso del duelo a los familiares cuando pierdan a su ser querido.

• Área de Comunicación: El Técnico por sus competencias profesionales, será probablemente el miembro del equipo interdisciplinar que pase más tiempo con las personas usuarias, por lo que el conocimiento de las mismas será profundo. Por ello, entre sus funciones estará la de transmitir al resto de profesionales, la situación emocional en la que se encuentra la persona. Además, es necesario que sepa transmitir, a través de los cauces y protocolos establecidos, la evolución del usuario y los acontecimientos que han surgido en su vida, ya sean positivos o negativos y que pueden alterar su ritmo normal.

  El acompañamiento en los primeros momentos del ingreso de la persona usuaria será muy importante para detectar, ya sea a través de la comunicación verbal o no verbal, los signos que muestren su estado de ánimo. De esta forma, podrá prevenir situaciones de aislamiento, soledad, angustia o incluso algunas más graves como ideas de fuga o suicidio.

Entre las funciones que tiene el Técnico en atención a personas en situación de dependencia, se encuentra la de acompañar a la persona usuaria en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (AVD), con el objetivo de proporcionarles una mayor autonomía personal, así como favorecer las relaciones sociales.

Como se ha comentado,  el  Libro  Blanco de la Dependencia, define las actividades de la vida diaria como "aquellas actividades que una persona ha de realizar diariamente para poder vivir de forma autónoma, integrada en su entorno habitual y cumpliendo su rol social". Estas actividades se pueden clasificar en Básicas (ABVD), que son elementales para la supervivencia de la persona,  e  Instrumentales (AIVD), que son las que facilitan que la persona pueda desenvolverse en su medio de vida.

En relación con las actividades instrumentales de la vida diaria, el Libro Blanco, las define como "actividades más complejas que las las actividades básicas de la vida diaria y su realización requiere de un mayor nivel de autonomía personal. Se asocian a tareas que implican la capacidad de tomar decisiones y las interacciones más difíciles con el medio. En esta categoría se incluyen tareas domésticas, de movilidad, de administración del hogar y de la propiedad, utilización de medios de transporte, realizar trámites y gestiones, administrar el propio dinero, poder pasear y relacionarse con los demás. Por último, estarían las actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD), que se refieren al desarrollo, por parte del individuo, de actividades que le permiten realizar su papel en la sociedad, tales como participación en redes sociales, actividades de ocio o deportivas, laborales, comunitarias, etc. Las actividades de la vida diaria (AAVD) promueven el desarrollo de la libertad, la autoridad, la autonomía y la responsabilidad que, en última instancia, son los fundamentos básicos de la capacidad de la autodeterminación.

Tanto si el trabajo como Técnico se realiza en la Institución como el ámbito domiciliario, es conveniente, para que este acompañamiento sea eficaz y profesional, que se tengan en consideración algunas premisas como:

• Identificar no sólo las limitaciones de la persona usuaria, sino también sus potencialidades para llevar a cabo las AVD actividades de la vida diaria.
• Analizar la disponibilidad del usuario, su motivación para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, identificando conductas negativas e interviniendo sobre las mismas.
• Interesarse de forma real sobre los gustos, deseos, inquietudes, preferencias y habilidades de la persona usuaria.
• Mostrar interés y preocupación por los problemas y necesidades del usuario, tanto las verbalizadas como las que no se expresan verbalmente.
• Promover la participación del usuario o usuaria, en la toma de decisiones y pedirle opinión.
• Valorar las propuestas de la persona usuaria, y en la medida de lo posible tener en cuenta las mismas e introducirlas en las actividades de la vida del
• Motivar a la participación en las distintas actividades propuestas por el equipo interdisciplinar, informándoles sobre los beneficios que les repercutirán, pero a la vez siendo realistas y no
• Mostrar una actitud empática hacia la persona usuaria.
• No juzgar su falta de participación o colaboración, ni utilizar el chantaje emocional o la amenaza para que participe en las actividades.
• Reforzar cualquier cambio de actitud positiva del usuario, haciéndoles sentir que los profesionales son conscientes de sus progresos.
• Involucrar a familiares e incluso a compañeros y compañeras residentes, en el caso de intervención en instituciones, en la motivación de la persona.
• Manejar un lenguaje común con el resto de profesionales, para hacer ver al usuario los beneficios personales de la participación y de una actitud.
• No forzar situaciones, evitando crear ansiedad a la persona usuaria, por no responder a las sus
• Favorecer la autodeterminación de las personas con las que se interviene.

El Técnico en su labor de acompañamiento disfruta de una posición privilegiada para:

• Conocer en profundidad a la persona
• Identificar las actividades de la vida diaria:
  • En las que puede desenvolverse de forma más autónoma
  • En las que necesita mayor ayuda y acompañamiento para poder realizarlas
  • Que le hacen sentir mejor, tanto física como psicológicamente
  • Que favorecen la relación con otros residentes o con su entorno social.
• Informar de todo ello, según los cauces establecidos, al resto de profesionales que configuran el equipo profesional del centro residencial, en el caso de que el desempeño de su trabajo se realice en una institución.

Los profesionales deben tener en cuenta que trabajan con personas que en muchas ocasiones son vulnerables, debido a su situación de dependencia. De igual forma, deben trabajar con las familias de estas personas, las cuales en muchos casos viven situaciones dramáticas. 

Por ello, los profesionales deben ser conscientes de que su trabajo implica una serie de actitudes, tales como respeto a la persona, creencia en el ser humano, sensibilidad ante las situaciones y las distintas historias de vida, respeto por las decisiones de la persona o la familia con la que se intervenga, ...

Como decimos, las situaciones personales y familiares con las que nos vamos a encontrar no son fáciles, lo que crea cierta vulnerabilidad en los usuarios. Por esta razón, es necesario ser extremadamente sensibles ante sus problemas y sus necesidades, tanto implícitas como explícitas.

Además, es preciso conocer sus derechos y regirnse por el código ético o código deontólogico de la profesión.

Para que el acompañamiento sea efectivo, útil y profesional es conveniente saber hasta dónde se puede asesorar y orientar y hasta donde comienza la autodeterminación de las personas y de las familias. No se puede acompañar de forma agobiante, avasallando, sin dejarles su propio espacio.

Es preciso guardar un equilibrio entre lo que se considera que es necesario para el bienestar de la persona, con lo que realmente ella quiere y desea.

Entre los límites de la actuación profesional y el código ético y deontológico se encuentran las siguientes premisas:

• Mantener en todo momento la confidencialidad sobre la situación de la persona usuaria. Incluso en las reuniones que se mantengan con el equipo interdisciplinar hay datos sobre su intimidad que nos han confiado al Técnico, que no se deben desvelar, sobre todo cuando no sean relevantes para su evolución en los tratamientos
• Mantener una actitud correcta y cercana, sabiendo que se interviene como profesional, pero sin establecer barreras entre los usuarios y sus familias y el Técnico.
• Tratar a los usuarios como las personas únicas que son, sin compararles con el resto. Ellas serán los verdaderos protagonistas de la relación.
• Ante posibles conflictos de intereses entre el usuario y su familia o entre los propios usuarios, el Técnico deberá mostrarse imparcial, sin tomar partido por unos u otros.
• Mostrar empatía y ponerse en el lugar del usuario y de su familia, sobre todo en momentos difíciles como el ingreso en una institución, el agravamiento o muerte de un familiar, ante situaciones de duelo, …
• Respetar y cuidar las pertenencias de las personas usuarias, ya sea en su propio domicilio o en la institución. No cambiar las cosas de lugar, respetar su uso, pedir permiso para cambiarlas si se considera necesario, pero siempre con la aprobación del usuario o de su
• En cuanto al trato de la persona usuaria, el Técnico deberá estar atento, observando y escuchando sus intereses o gustos.
• Ser receptivo a la comunicación tanto verbal como no verbal del usuario.
• Mostrar ayuda, pero sin ser "paternalistas", evitando realizar tareas que la persona puede hacer por sí misma, a pesar de que tarde más tiempo en ello.
• No caer en situaciones de dependencia emocional. El trato afectivo, no puede convertirse en una dependencia emocional del usuario con el profesional. Tampoco se permitirá que invadan la intimidad del Técnico. Hay que dejar claros los roles desde el principio.
• Promover la autonomía de las personas, pedir la opinión de la persona usuaria si se encuentra en buenas condiciones de salud mental y a sus familiares, favoreciendo la toma de decisiones autónomas. En el ámbito domiciliario, se respetarán sus hábitos cotidianos, siempre que no sean
• Respetar la independencia de la persona, sin imponer horarios rígidos, actividades…, respetando sus ritmos, sus costumbres, sus deseos, sus gustos, sus preferencias, etc.
• Respetar su privacidad. En las instituciones, por ejemplo, pedir permiso antes de acceder a su dormitorio que es su espacio privado. No preguntar sobre aspectos íntimos de su vida privada como conflictos familiares, situación económica, etc.
• Ser tolerante ante la forma de pensar y de sentir de la persona usuaria, respetando sus creencias y las manifestaciones que hagan de las mismas.
• Dedicarles tiempo, ser pacientes ante sus ritmos y no regañarle ni avergonzarle si no consigue realizar alguna actividad o si no ha sido capaz de controlar esfínteres, si le cae la comida o la bebida al comer, ...
• Comprometerse con el trabajo. No "tirar la toalla" por muy difícil que sea la situación de la persona usuaria o de su familia.
• Demostrar esfuerzo y entusiasmo con el trabajo que se realiza, sin caer en quejas sobre su propia situación
• Facilitar la comunicación y las relaciones sociales entre los propios usuarios y los usuarios y sus familiares.
• Utilizar un lenguaje adecuado y cercano, pero no tratar a las personas dependientes como si fueran niños. Los colectivos con los que se interviene como profesionales son numerosos, y a menudo, cuando se trabaja con personas mayores, se tiende a tratarles como niños, utilizando diminutivos.
• No asumir responsabilidades ni actuaciones que no le competan. A pesar de actuar con la mejor intención, una persona que no está preparada y realiza funciones para las que no está capacitada, puede ocasionar graves daños a los usuarios. Por ejemplo, el técnico no debe realizar una cura que no sabe hacer, ni orientar sobre terapias psicológicas en las que no está
• Al contrario, no se deben delegar funciones sobre las que se tenga responsabilidad. Por ejemplo, no se debe encomendar tareas que no sepan realizar a cuidadores no formales o personas voluntarias.
• No influir en las decisiones de carácter estrictamente personal o familiar. En ocasiones el Técnico puede convertirse en una persona de gran apoyo emocional, con lo que el usuario le traslada la responsabilidad de tomar decisiones que sólo a él o a sus familiares les corresponde. El Técnico debe fomentar la autonomía física, pero también la autodeterminación de las personas con las que intervenga.

Las gestiones personales más frecuentes que puedan requerir el acompañamiento del Técnico a las personas usuarias en situación de dependencia pueden agruparse en las siguientes áreas de actuación:

• Gestiones administrativas y legales: en este grupo se englobarían todas aquellas gestiones que tienen que ver con la administración, normalmente local o autonómica, tales como pago de impuestos, petición de licencias para realizar obras en el domicilio, así como el acompañamiento a la Delegación de Hacienda para la realización del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, etc. También aquí se agrupan las gestiones que tienen que ver con la obtención de distintos certificados: de empadronamiento, nacimiento, defunción, matrimonio, etc.
• Gestiones bancarias: aquellas relacionadas con los servicios financieros, desde las más básicas como el ingreso de dinero, hasta las más complejas como la petición de créditos.
• Gestiones sanitarias: todas aquellas relacionadas tanto con la asistencia o atención médica, como las gestiones para hacer uso de las prestaciones sanitarias y farmacéuticas.
• Otras gestiones: como la realización de compras en los comercios de la zona o compras realizadas a través de internet, etc.
• Acompañamiento en actividades de ocio y tiempo libre: el acompañamiento por parte del Técnico no sólo tiene que ver con temas administrativos o de salud, también es necesario contar con el apoyo para cubrir necesidades de tipo psicológico y recreativo, como pueden ser la asistencia a teatros, cines, espectáculos, visitas culturales, actos deportivos, etc. Estas actividades se pueden dividir en los siguientes subgrupos que serán desarrollados en epígrafes posteriores:
  • Actividades al aire libre.
  • Actividades culturales.
  • Actividades sociales.
  • Actividades de la comunidad.

El Técnico en atención a personas en situación de dependencia debe conocer cuáles son las gestiones administrativas más frecuentes y donde acudir para realizarlas.

Dentro de este grupo de gestiones se encuentran las siguientes:

• La renovación del D.N.I. o pasaporte: acompañando a la persona usuaria en todo su proceso, desde la petición de la cita, hasta la realización de fotografías de tamaño carnet, como acudir a la comisaría de policía más cercana para la obtención del mismo.
• Solicitud en el Ayuntamiento del certificado de empadronamiento para acceder uso y disfrute de determinados servicios y prestaciones. De igual manera, solicitar, en su caso, la rectificación o modificación de los datos que aparecen en el Censo Municipal, como número de personas que conviven en el domicilio, traslado de domicilio, etc.
• Solicitud en el Ayuntamiento o Junta de Distrito Municipal de la licencia para obras menores y mayores como la adecuación del domicilio a sus necesidades, como, por ejemplo, sustitución de bañeras por platos de ducha, eliminación de barreras arquitectónicas del edificio, instalación de ascensores, etc.
• Gestiones administrativas realizadas en el Registro Civil, entre las que se encuentran la obtención o copia de certificados tales como:
  • Certificado de nacimiento.
  • Certificado de matrimonio.
  • Certificado de Defunción: necesario para la realización de gestiones como solicitud de pensiones de viudedad, gestiones que tienen que ver con las últimas voluntades y testamento de la persona fallecida, etc.
• Testamento y Certificado de últimas voluntades. Cuando una persona fallece, y sus familiares no saben si realizó o no testamento, es necesario acudir al Ministerio de Justicia, quien expide los Certificados de últimas voluntades, que indican si la persona fallecida realizó o no testamento.
  Por otra parte, se debe aconsejar a la persona usuaria que realice el testamento a través de notario, pero informándole igualmente que la ley no lo exige, si bien es cierto, que supone una garantía añadida y evita problemas de legitimidad.

Se ha explicado en el epígrafe anterior todas aquellas gestiones administrativas necesarias para la obtención de determinados documentos y certificados, pero es preciso conocer qué obligaciones legales más comunes pueden tener las personas usuarias como es el pago de impuestos.

• Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF): Es el impuesto que se paga según las rentas del trabajo, pensiones y otras rentas obtenidas (intereses bancarios, ventas de viviendas, terrenos…) durante el año. De todas estas rentas se va reteniendo parte de este impuesto. Al año siguiente se realiza lo que se conoce como la Declaración de la renta, para establecer el importe real que se tiene que pagar de este impuesto, teniendo en cuenta, además de estas rentas, la situación personal, familiar… Por lo que a veces en esta declaración se tiene que pagar a la Delegación de Hacienda si no se ha pagado lo que correspondía o la Delegación de Hacienda le devuelve lo que ha pagado de más. El Técnico no está obligado a saber cómo se realiza dicha gestión, pero sí debe saber orientar a la persona usuaria dónde acudir para que le asesore: una gestoría privada, los profesionales de sindicatos, ... Aunque lo más fácil y recomendable es solicitar cita previa para que se realice en las propias oficinas de las Delegaciones de Hacienda, que de manera gratuita están al servicio de los ciudadanos. En líneas generales, si todo está correcto, basta con confirmar el Borrador de Declaración que a tal efecto se remite a la persona usuaria a través de la página web de Hacienda. Aquí es de gran ayuda la labor del Técnico para aquellas personas usuarias que tengan problemas para el uso de las nuevas tecnologías.

• Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI): Es un impuesto que recaudan los Ayuntamientos y que grava sobre el valor de los inmuebles. Este impuesto que tiene carácter anual, es conveniente que esté domiciliado en el banco, como el resto de otros impuestos o tasas municipales, tales como recogida de basuras, etc. Será más cómodo para la persona usuaria domiciliar los pagos y así les orientará el Técnico, pero también es conveniente respetar sus decisiones y si no desea que se domicilien los recibos, el Técnico tendrá que estar pendiente de los pagos para realizarlos en plazo y no sufrir un recargo extra sobre los mismos.

• Impuesto sobre Sucesiones: Cuando una persona hereda unos bienes de otra por fallecimiento, se tiene que pagar una cantidad a modo de impuesto que varía de la cantidad heredada o del valor del bien. Este impuesto se debe pagar dentro de los seis meses siguientes al fallecimiento, en la Comunidad Autónoma donde el fallecido hubiera tenido su residencia habitual.

• Otros Impuestos: Transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, sobre el traspaso de bienes usados entre personas. Estos impuestos los recaudan las Comunidades Autónomas.

Como se explicará en la unidad de trabajo número 6 con mayor profundidad, el tipo de gestiones administrativas más importantes para las personas que se encuentran en situación de dependencia son las que tienen que ver con la solicitud de prestaciones, ya sean económicas o de servicios.

La labor del Técnico es conocer este tipo de prestaciones y servicios a los que los usuarios pueden tener acceso, así como acompañarles en el proceso de petición de las mismas.

En una Institución, será el Trabajador o Trabajadora social, quién se encargue de la gestión y tramitación de estas prestaciones y o servicios. Por el contrario, en el ámbito domiciliario, será labor del Técnico informar a la persona usuaria y a sus familiares, ya no tanto de todos los requisitos que deben cumplirse y de los pasos a seguir para solicitar una determina ayuda o prestación, pero sí de saber dónde acudir para informarse, a qué instituciones o qué profesionales son los encargados de tramitarlas.

Principalmente, las prestaciones más comunes e importantes, que podrán solicitar las personas usuarias serán las pensiones, que pueden dividirse en contributivas y no contributivas.

Las pensiones contributivas: Son aquellas pensiones cuya concesión está supeditada a la acreditación de un período mínimo de cotización, además de cumplir con otros requisitos. Dentro de estas pensiones se encuentran las pensiones por jubilación, por incapacidad permanente y por fallecimiento. Estas pensiones se tramitan a través de las oficinas de las Seguridad Social, ya sea de forma personal o telemática.

Las pensiones no contributivas (PNC): Son las prestaciones económicas que se reconocen a aquellas personas que no hayan cotizado nunca o si lo han hecho no el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo. Se dividen también en pensiones de invalidez y de jubilación. La gestión de estas pensiones se realiza en las Comunidades Autónomas, o a través del IMSERSO para las ciudades de Ceuta y Melilla.

Para la solicitud de otras prestaciones y servicios el Técnico deberá acompañar a la persona usuaria o a sus familiares a los Centros de acción social (CEAS) de su localidad, donde los Trabajadores sociales les informarán sobre los distintos recursos a los que puede tener acceso, tales como Centros de día, Centros ocupacionales, Talleres ocupacionales, Programas de respiro familiar, etc.

Las gestiones bancarias que una persona en situación de dependencia,  como  cualquier otra persona tiene que realizar, pueden ser múltiples y variadas: desde domiciliar una pensión, un recibo, hasta solicitar un préstamo personal o hipotecario, realizar una transferencia o cobrar un talón.

El Técnico, al igual que ocurre en otros campos, no será necesario que sea un experto financiero, pero sí debe conocer los productos que ofertan las entidades bancarias, con el fin de poder orientar a la persona usuaria sobre los trámites y gestiones a realizar. En tus funciones de acompañamiento deberá visitar junto con la persona usuaria distintas entidades bancarias.

Normalmente, la Administración cuando concede una ayuda o prestación, ya sea puntual o periódica, como las pensiones de distintos tipos, solicita que se domicilie el cobro en una entidad bancaria. Para ello, la persona usuaria deberá tener abierta una cuenta corriente o cuenta de ahorro. Por eso, es importante conocer los siguientes productos bancarios:

• Cuentas corriente: En este tipo de cuentas el cliente puede ingresar dinero, domiciliar nóminas o pensiones, pagos periódicos como el recibo de la luz, agua, teléfono, impuestos, etc. El dinero depositado en estas cuentas estará disponible para el cliente en cualquier momento en que lo

• Cuentas de ahorro: Son similares a las cuentas corrientes, pero algunas entidades no permiten domiciliar en ellas determinados

• Las cuentas con "depósito a plazo": En este tipo de cuentas el cliente ingresa dinero y lo debe mantener durante el tiempo estipulado en el contrato con la entidad bancaria, sin poder hacer uso de él. A cambio el banco le devolverá al finalizar el plazo establecido el dinero ingresado más los interesesTransferencias: Consisten en que el cliente ordena a su banco que realice un traspaso de dinero de su cuenta corriente a otra cuenta ya sea personal o de una entidad. Por ejemplo, pueden realizarse pagos de distintos servicios a través de transferencia bancaria, como pago de un curso, la reserva o pago total de un viaje, una compra, etc. El cliente tiene que conocer de antemano los gastos que esta operación le va a ocasionar y deberá pactarlo previamente con su banco, quiénes por norma general cobran una

• Tarjetas bancarias: Con el fin de facilitar la obtención del dinero depositado por el cliente en una cuenta bancaria, los bancos ofrecen tarjetas bancarias que pueden ser de débito o de crédito. Las tarjetas de débito posibilitan hacer pagos a través de ellas y sacar dinero en cajeros automáticos, y están asociadas a una cuenta corriente. Esto significa que para poder efectuar compras o sacar dinero de cajeros es necesario de disponer de la cantidad de dinero necesaria en la cuenta corriente. Existen otro tipo de tarjetas, que por el contrario, no es necesario que el titular tenga dinero en la cuenta, puesto que funcionan como préstamos personales al consumo. Estas tarjetas son las conocidas como tarjetas de crédito, tienen un límite marcado por la entidad bancaria, dependiendo del contrato realizado con el cliente y de sus ingresos demostrables. Hay que tener muy claro que este tipo de tarjetas ofrecen dinero pero con un interés por lo general alto.

• Transferencias: Consisten en que el cliente ordena a su banco que realice un traspaso de dinero de su cuenta corriente a otra cuenta ya sea personal o de una entidad. Por ejemplo, pueden realizarse pagos de distintos servicios a través de transferencia bancaria, como pago de un curso, la reserva o pago total de un viaje, una compra, etc. El cliente tiene que conocer de antemano los gastos que esta operación le va a ocasionar y deberá pactarlo previamente con su banco, quiénes por norma general cobran una comisión dependiendo de la cantidad transferida en la operación.

• Uso de los cajeros automáticos: Además de la función básica de retirar dinero, los cajeros automáticos posibilitan durante las 24 horas del día, realizar numerosas gestiones como: consulta de saldo y movimientos, comprar entradas para cine u otros espectáculos, ingresar dinero, recargar el teléfono móvil, etc. Por desgracia, aún en en España existen muchos cajeros automáticos que no se encuentran adaptados y no son accesibles para personas que tienen distintas discapacidades, por ello aquí la labor de acompañamiento del Técnico se convierte en casi

• Los préstamos: Pueden ser de distinto tipo, como préstamos hipotecarios y personales. Dentro de cada categoría existen multitud de variantes, dependiendo de las condiciones y promociones que establezcan las distintas entidades bancarias

• El préstamo hipotecario: Se concede para la obtención por la compra, la construcción o realización de obras en una vivienda. El cliente recibirá el dinero por parte de la entidad bancaria si la operación es concedida por ésta, y el cliente deberá devolver el dinero con una serie de cuotas periódicas a un interés por lo general variable y un tiempo delimitado en años. Este tipo de préstamo normalmente requiere la escritura pública ante un notario y en la mayoría de las ocasiones los gastos de los servicios de notaria y de gestoría corren a cuenta del cliente, por lo que es conveniente saber que el cliente puede elegir el notario que considere y no está obligado a aceptar aquel que proponga la entidad

• Préstamo personal: También se denominan préstamos al consumo. Se destinan para la compra de bienes y servicios de consumo como vehículos, adquisición de mobiliario, etc. El interés de este tipo de préstamo suele ser bastante alto, mucho más que el de los préstamos hipotecarios, y además suele ser fijo. Antes de firmar cualquier tipo de préstamo hay que fijarse muy bien en las clausulas que se estipulan, no sólo el tipo de interés, sino las comisiones por cancelación anticipada total o parcial de las cantidades adeudadas, las comisiones de apertura, etc.

• La Banca a distancia: Cada vez son más los bancos que ofrecen la posibilidad al cliente de realizar muchas de las operaciones bancarias, bien sea a través de internet o del teléfono. Esto supone un gran avance para aquellas personas que se encuentran en situación de dependencia. Posibilita realizar numerosas transacciones bancarias desde casa, y evita así los desplazamientos, las esperas, el tenerse que atener a un horario de mañana, … Para poder realizar estas operaciones se necesita tener un ordenador o un teléfono móvil y una conexión a internet, además de un manejo adecuado de estas tecnologías. Aquí la labor de acompañamiento del Técnico es fundamental, sobre todo cuando se trabaja con colectivos como las personas mayores, a veces reticentes o miedosos del uso de las nuevas tecnologías. Los Técnicos tienen que informar sobre las posibilidades y ventajas que ofrece este servicio de Banca a distancia, pero también deben ser respetuosos con las decisiones de las personas usuarias, y si no desean realizar gestiones a través de internet y prefieren hacerlo de la manera tradicional, los Técnicos tienen que atenerse a ello.

Remuneración o cobro adicional de los bancos por el servicio prestado por mantenimiento de la cuenta, transferencias, tarjetas de debito o crédito, concesión de hipotecas….

Entre las funciones del Técnico también se encuentra el acompañamiento a la persona usuaria a gestiones sanitarias que pueden dividirse en:

• Gestiones derivadas de la obtención o renovación de la documentación sanitaria.
• Acompañamiento a consultas médicas, ya sean de atención primaria o de atención especializada.
• Acompañamiento en las gestiones de petición de prestaciones incluidas en el Sistema Sanitario.

Pero, para ello, el Técnico tiene que conocer qué tipo de prestaciones existe y a cuáles puede tener acceso el usuario.

Las competencias en materia de Sanidad están transferidas a las Comunidades Autónomas y en líneas generales todas ellas contemplan las siguientes:

• Prestación de atención primaria: es el nivel básico e inicial de atención, que garantiza la globalidad y continuidad de la atención a lo largo de toda la vida del paciente. Comprende actividades de promoción de la salud, educación sanitaria, prevención de la enfermedad, asistencia sanitaria tanto en los centros de salud como en el domicilio, mantenimiento y recuperación de la salud, así como la rehabilitación física.

  La atención primaria, que incluye el abordaje de los problemas de salud y los factores y conductas de riesgo, comprende las actividades relativas a:

  1. Atención sanitaria a demanda, programada y urgente tanto en la consulta como en el domicilio del enfermo.
  2. Indicación o prescripción y realización, en su caso, de determinados procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
  3. Actividades en materia de prevención, promoción de la salud, atención familiar y atención comunitaria, que se prestan tanto en el centro sanitario como en el ámbito domiciliario o comunitario.
  4. Actividades de información y vigilancia en la protección de la salud.
  5. Rehabilitación básica.
  6. Atenciones y servicios específicos relativos a la mujer, la infancia, la adolescencia, los adultos, las personas mayores, los grupos de riesgo y los enfermos crónicos.
  7. Atención paliativa a enfermos terminales.
  8. Atención a la salud mental en coordinación con los servicios de atención especializada.
     
     
• Prestación de atención especializada: comprende las actividades asistenciales, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación y cuidados, así como aquellas de promoción de la salud, educación sanitaria y prevención de la enfermedad, que superen las posibilidades de asistencia de la atención primaria.

  Comprende las actividades relativas a:

  1. La atención especializada en consultas.
  2. La asistencia especializada en hospital de día, médico y quirúrgico.
  3. La hospitalización en régimen de internamiento.
  4. El apoyo a la atención primaria en el alta hospitalaria precoz y, en su caso, la hospitalización a domicilio.
  5. La indicación o prescripción y la realización, en su caso, de procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
  6. La atención paliativa a enfermos terminales.
  7. La atención a la salud mental.
  8. La rehabilitación a pacientes con déficit funcional recuperable.
     
     
• Aerosolterapia y oxigenoterapia: esta prestación se encuentra dentro de la prestación de atención especializada y el servicio que ofrece es la tramitación de las prestaciones de oxigenoterapia, aerosolterapia y otras técnicas de terapia respiratoria a domicilio a los pacientes a los que el médico se lo haya prescrito.
• Atención de urgencia: es aquella que se presta al paciente en los casos en que su situación clínica obliga a una asistencia sanitaria inmediata. Se dispensa tanto en centros sanitarios como fuera de ellos, incluyendo el domicilio del paciente y la atención in situ, durante las 24 horas del día, mediante la atención médica y de enfermería, con la colaboración de otros profesionales.
• Prestación con productos dietéticos: comprende la dispensación de los tratamientos dietoterápicos dirigidos a las personas que padezcan determinados trastornos metabólicos congénitos y la nutrición enteral domiciliaria para pacientes a los que no es posible cubrir sus necesidades nutricionales, a causa de su situación clínica, con alimentos de consumo ordinario.
• Prestación farmacéutica: comprende los medicamentos y productos sanitarios y el conjunto de actuaciones encaminadas a la prescripción de forma adecuada a las necesidades clínicas de cada paciente, en las dosis precisas según sus requerimientos individuales.
• Prestación ortoprotésica: consiste en la utilización de productos sanitarios, implantables o no, cuya finalidad es sustituir total o parcialmente una estructura corporal, o bien modificar, corregir o facilitar su función. Comprende los elementos precisos para mejorar la calidad de vida y autonomía del paciente. En esta prestación están incluidos: los implantes quirúrgicos, las prótesis externas, las sillas de ruedas, las órtesis y las ortoprótesis especiales. La prescripción de los artículos que forman parte de esta prestación debe ser llevada a cabo por un médico de atención especializada, especialista en la materia correspondiente.
• Prestación de transporte sanitario: consiste en el desplazamiento de personas enfermas por causas exclusivamente clínicas cuya situación les impide trasladarse en los medios ordinarios de transporte para desplazarse a un centro sanitario o a su domicilio tras recibir la atención sanitaria correspondiente. Incluye el transporte sanitario no asistido, para los pacientes que no requieren asistencia técnico-sanitaria en ruta, y el transporte sanitario asistido, para aquellos que sí la requieren.

El acompañamiento no tiene que ser sólo a la realización de gestiones puntuales o excepcionales como pueden ser determinadas gestiones consideradas en el epígrafe de gestiones administrativas o legales.

El acompañamiento más común se da en el día a día, en la realización de pequeñas gestiones como la compra diaria de comida, en la compra de calzado y vestido y en las compras de regalos para familiares o amigos.

La realización de compras o de búsqueda de información sobre ofertas de ocio y tiempo libre, espectáculos etc, también puede ser objeto de la labor del Técnico en cuanto a acompañamiento se refiere. Muchas veces estas compras o búsqueda de recursos se podrá hacer desde el propio domicilio utilizando las nuevas tecnologías como internet, bien sea a través del ordenador o de los móviles de última generación.

Asimismo, se pueden realizar visitas a personas amigas o vecinas, actividades al aire libre, como pasear por un parque o una excursión al campo.

Los siguientes epígrafes de la unidad, se centran en actividades que tienen más que ver con acompañamiento en actividades de tipo lúdico, recreativo, deportivo o social, en actividades en definitiva, que tienen que ver con la ocupación y disfrute del tiempo libre y del tiempo de ocio.

Ayudar a convertir el tiempo libre de las personas en situación de dependencia en tiempo de ocio será una de las tareas del Técnico.

La labor de acompañamiento no sólo se debe centrar en las actividades básicas de la vida diaria. También existen otras actividades saludables, que proporcionan bienestar y mejoran el estado físico y psíquico de las personas y ayudan a mantener cierto grado de independencia.

Conocer los recursos y servicios más adecuados para cada persona atendiendo a sus necesidades personales y familiares será necesario para poder orientar en la ocupación del ocio y del tiempo libre.

En la siguiente unidad de trabajo, se abordará detenidamente todo lo concerniente a la Animación Sociocultural y Grupal para    las personas en situación de dependencia. Aquí se va a insistir en la importancia del acompañamiento para favorecer el bienestar psicológico de las personas usuarias.

Por eso, es necesario definir los siguientes conceptos:

• Tiempo libre: Es el tiempo en el que se realizan actividades que aunque no sean propiamente laborales, pueden llegar a ser obligatorias, como realizar la compra, realizar las tareas del hogar, visitar una consulta médica, …
• Tiempo liberado: Es aquel tiempo en el que la persona no tiene que realizar ninguna actividad de forma obligatoria y del que dispone pudiendo elegir lo que quiere realizar en él.

Por otra parte, a nivel coloquial se suele confundir el tiempo libre con el ocio propiamente dicho. El ocio surge cuando se realizan actividades satisfactorias y gratificantes que posibilita el tiempo liberado.

Para que una actividad se considere propiamente ocio tiene que cumplir tres requisitos:

1. Percepción de libre elección: : la persona tiene libertad de elección entre distintas opciones, en función de sus preferencias individuales. En muchas ocasiones el Técnico tendrá la tentación de recomendar o aconsejar, lo que considera más adecuado para la persona usuaria que se encuentra en situación de dependencia, pero no debe olvidar que la elección debe ser suya. No siempre los gustos del Técnico han de coincidir con los de los usuarios.

2. La actividad desarrollada debe ser vivida como placentera: las actividades que suponen una carga psicológica o física, y que no son gratas o placenteras para la persona que las realiza no puede considerarse como una actividad de ocio propiamente dicha. Por eso no existe una tipología clara sobre actividades de ocio. Una misma actividad puede resultar muy placentera para una persona y una pesadilla para otra. Alguien puede disfrutar muchísimo visitando cuevas o realizando espeleología y puede ser extremadamente desagradable e incómodo para alguien que no le guste los espacios estrechos y con poca luz.

3. La actividad debe ser atractiva y deseable por sí misma, y no justificada en base a los posibles efectos beneficiosos que pueda tener para la persona que lo realiza, como "te relacionarás con iguales", "evitarás estar solo"… Por ejemplo, a nadie que no le guste la lectura, se le recomendaremos debe recomendar que acuda a un club de lectura o a un libro-forum, porque es una actividad que está destinada a personas con discapacidad que se pueden encontrar en su misma situación. La actividad debe ser atractiva para la persona.

A continuación se explicarán distintas actividades que pueden llegar a ser consideradas como actividades de ocio.

Dentro de las actividades al aire libre se encuentran algunas como: realizar deportes adaptados al aire libre, senderismo, natación en tiempo estival o actividades sencillas como pasear por un parque, o por el entorno del municipio.

Las actividades al aire libre, suponen un balón de oxígeno para las personas que, por su situación de dependencia, están obligadas a permanecer mucho tiempo en lugares cerrados, ya sea en su propio domicilio o en un centro residencial. No es inusual, por ejemplo, encontrar en las proximidades de centros residenciales a personas usuarias en sillas de ruedas tomando el sol.

Asimismo, hacer deporte supone una actividad saludable encaminada a mejorar el estado físico y mantener cierto grado de independencia.

Actualmente, en nuestra sociedad, el turismo y el ocio son aspectos fundamentales en la vida cotidiana y tienen una importante labor en la integración social de las personas. Los espacios naturales, se han consolidado como enclaves protagonistas de disfrute y ocio.

En las últimas décadas el llamado "turismo de naturaleza" ha adquirido un papel muy relevante. El esfuerzo realizado por las distintas administraciones y por entidades privadas, como asociaciones y fundaciones, para que este turismo de naturaleza fuera accesible para todos, ha dado sus frutos, aunque como en todo lo concerniente en temas de discapacidad, aun falta un largo camino por recorrer. A pesar de ello, cada vez son más las playas accesibles en España, las rutas medioambientales, como es ejemplo de ello, el diseño del Camino de Santiago para personas con discapacidad.

Otra de las formas de disfrutar del aire libre, es a través de los viajes. Es necesario hacer una mención especial a la labor tan importante que ha desarrollado el IMSERSO en las últimas décadas. A través del IMSERSO, son muchas las personas mayores que han podido conocer lugares que hasta el momento no eran accesibles para ellos, bien por motivos personales o económicos. Los viajes para las personas en situación de dependencia producen como para el resto de la población, bienestar y tranquilidad y estimulan la capacidad de aprender y valorar la cultura y la naturaleza.

Uno de los colectivos con los que el Técnico intervendrá es sin duda, el de las personas mayores dependientes. Por ello, debe saber que, en líneas generales, las personas mayores son grandes consumidoras de la oferta cultural y de ocio de las ciudades, que se programa directamente para su edad o para el público en general. Los centros de mayores, los ayuntamientos a través de las concejalías de cultura y educación y otras instituciones públicas o privadas ofertan actividades culturales y educativas, como representaciones de teatro, encuentros, cines, museos, etc.

Pero no sólo son consumidores de cultura, también muchas personas mayores participan en  la  creación de la misma, cuando pertenecen a grupos de teatro amateur, corales, talleres de creación artística, encuentros de libro-fórum o vídeo-fórum, etc.

A través de las distintas actividades las personas se sienten parte más activa de la vida social y cultural de su barrio, municipio o ciudad. Y no sólo la actividad es para su propio disfrute, sino que en muchas ocasiones el resultado es expuesto a su comunidad más cercana: amigos, vecinos y familiares. 

Muchas personas mayores, además realizan estas actividades, concienciados, de que es una oportunidad que les da la vida y que antes no tuvieron, bien porque la situación económica no se lo permitía, bien porque se tenían que ocupar del cuidado de los hijos y del hogar las mujeres y del trabajo fuera del hogar los hombres. Respecto a este hecho, son las mujeres mayores quiénes más participan en este tipo de actividades culturales, y sobre todo comparativamente, participan más que los hombres mayores, en actividades educativas. Manifiestan que es una oportunidad y una manera de paliar sus déficits culturales y se muestran más receptivas que los varones, a la hora de aprender cosas nuevas.

En cuanto a otros colectivos, con los que el Técnico intervendrá, que se encuentran en situación de dependencia como las personas con discapacidad o las personas que sufren enfermedades mentales, es necesario tener en cuenta las necesidades culturales de estas personas. En concreto, es preciso atender a sus gustos e intereses, y conocer de igual manera los productos de apoyo que se encuentran en el mercado y que posibilitan la realización de actividades tan gratificantes como la lectura. 

Dentro de las actividades culturales, destacan las visitas culturales a lugares de interés ya sean museos, exposiciones, centros culturales, iglesias o patrimonio histórico-artístico. Existen numerosas iniciativas tanto de Administraciones Públicas como de entidades privadas, que luchan por que este tipo de actividades sean accesibles a toda la población.

Una parte importante de la salud emocional de las personas en situación de dependencia, es el grado e intensidad de sus relaciones sociales y de amistad. En el caso de las personas mayores en situación de dependencia, se puede afirmar que esta salud emocional puede llegar a tener incluso incidencia también en la salud física. Muchos de ellos expresan la importancia que tiene en sus vidas cotidianas los momentos que comparten con sus amigos y amigas, o lo que agradecen y lo bien que se sienten cuando acuden a visitarles sus vecinos y personas cercanas. Este hecho cobra más valor, cuanto más separados se encuentren las personas mayores de sus familiares, ya sea física o emocionalmente.

Tener vida social, supone un valor fundamental en las personas en situación de dependencia, para mantener y desarrollar su calidad de vida y para reforzar igualmente su identidad.

En el caso de las personas mayores, se puede llegar a compartir con los amigos muchas horas del día, mientras se realizan distintas actividades. Por ello, el valor de la amistad es entendido como lo que es: un bien preciado que hay que cuidar.

Las relaciones sociales permiten a muchas personas en situación de dependencia, salir de su monotonía, del día a día, de sus obligaciones, en sus rutinas a veces muy duras, tales como el seguimiento de terapias.

Con los amigos y amigas se comparten vivencias y también, en muchas ocasiones, sentimientos que es difícil de comunicar a familiares por muy buena que sea la relación con los mismos. Quizá sea más fácil transmitir sentimientos negativos como la tristeza y la impotencia a un amigo, que un familiar, por el miedo a hacer sufrir a los suyos y de ser una carga para los demás.

Disfrutar de una vida social rica, puede favorecer a mantener más activas a las personas en situación de dependencia.

En concreto, en el colectivo de las personas mayores, los momentos compartidos con los amigos se viven como los momentos de mayor tranquilidad, donde se relajan y despejan sus problemas y sus achaques de salud, donde se comparten sus preocupaciones y temores, sus anhelos y nostalgias. No es necesario realizar actividades concretas para compartir momentos. A veces actividades tan sencillas, como sentarse en silencio mientras se contempla el tránsito de personas o el paisaje, pasear por un parque o tomar un café, suponen momentos placenteros.

Existe otra forma de tener vida social, que es asistiendo a cines y a teatros, a comer en un restaurante, o visitar una exposición o museo. Asimismo, participar en la vida democrática de la comunidad, acudiendo a votar en unas elecciones es una forma más anónima, de tener vida social, pero al mismo tiempo, es una forma de sentirse parte activa de la sociedad a la que se pertenece. Aquí la labor de acompañamiento del Técnico es fundamental.

Puede darse el caso que la persona en situación de dependencia, no pueda tener una vida social activa, si no tiene alguien a su lado que bien de manera profesional o voluntaria, le acompañe, debido a las dificultades que puede encontrarse en el día a día, como barreras arquitectónicas, o falta de accesibilidad a determinadas instalaciones.

Hacer uso de los servicios y recursos de la comunidad no sólo es beneficioso para cualquier ciudadano, sino que constituye un derecho fundamental regulado en el ordenamiento jurídico. En muchas ocasiones, la falta de información hace que muchas personas no disfruten de los servicios que le ofrece la comunidad.

En el caso de las personas en situación de dependencia, además de la falta de información o del acceso a la misma, también se une el hecho de sus propias limitaciones, sobrevenidas por el tipo de discapacidad que padezcan o por la enfermedad que sufran.

En ocasiones, la sobreprotección de los familiares hacia las personas en situación de dependencia, ha podido provocar que no desarrollaran las habilidades necesarias para la utilización de los servicios existentes de la comunidad.

El acompañamiento aquí será muy importante para hacer uso de todos los servicios comunitarios que existen en el municipio o barrio, que pueden ser:

• Recursos y equipamientos sociales: centros de servicios sociales generales y especializados: como centros de día, centros de mayores ... Además, existen equipamientos de carácter privado como obras sociales, etc.
• Recursos educativos: tanto de educación formal como no formal, Por ejemplo, escuelas de tiempo libre, universidades populares, programas interuniversitarios de la experiencia o, aulas de adultos, etc.
• Recursos culturales: centros culturales, centros cívicos, centros regionales, bibliotecas, vídeotecas, ludotecas, escuelas de música y auditórium, etc.
• Recursos asociativos: como locales para asociaciones, Organizaciones no gubernamentales (ONG) de la zona, etc.
• Recursos espirituales: como grupos parroquiales, grupos de ayuda mutua, etc.
• Recursos y equipamientos deportivos: como centros polideportivos, piscinas municipales o privadas, etc.
• Equipamientos de recreo: como parques y jardines, merenderos, etc.
• Recursos de movilidad: uso del transporte público.
• Otros recursos comunitarios: como bancos, centros comerciales, pequeño comercio, etc.
• Recursos asociativos: participar en asociaciones y movimientos vecinales.

En definitiva, el acompañamiento para el desarrollo de la persona dentro de la comunidad, favorecerá el sentimiento de pertenencia y la participación en la misma, potenciando el desarrollo integral de la persona con la que se intervenga.

Como en todo proceso de la labor profesional es necesario llevar a cabo un registro de las actuaciones y actividades realizadas.

El registro permitirá que el trabajo esté sistematizado y también facilitará la labor de seguimiento del mismo, tanto por parte de la Institución a la que se pertenezca, como en el ámbito domiciliario por parte de los familiares, de otros profesionales o personas voluntarias que en un momento dado lo necesiten.

Los aspectos que debe incluir el registro de actividades de acompañamiento:

• El tipo de actividad y dentro de qué área se engloba.
• Fecha y lugar de la actividad.
• Descripción de la actividad.
• De quién parte la iniciativa de la actividad.
• Tiempo empleado en el desarrollo de la actividad de acompañamiento.
• Consecuencias: qué otras acciones pendientes se derivan de la actividad de acompañamiento.
• Valoración de incidentes o actuaciones realizadas no previstas.
• Evaluación de la actividad de acompañamiento.
• El registro de actividades de acompañamiento nos sirve para hacer un seguimiento y evaluación de las actuaciones realizadas y para planificar nuevas.

A la hora de planificar nuevas actividades hay que tener siempre en cuenta:

• Los gustos y preferencias de la persona.
• Las habilidades y capacidades que tiene la persona en situación de dependencia. Se buscarán actividades que refuercen las habilidades y las capacidades que se tengan.
• Analizar qué actividades realizaba antes, si son personas que han sufrido un proceso degenerativo, y valorar cómo pueden mantenerse o adaptarse. Continuar haciendo lo que les gustaba contribuye a mantener su identidad personal y autoestima.
• En el caso de personas con discapacidad cognitiva o enfermedad mental, es importante que las actividades les estimule la memoria y el lenguaje.
• Es recomendable realizar no sólo actividades dentro del hogar, sino fuera de él, como actividades al aire libre, culturales, etc. La movilidad y desplazamiento de una persona con dificultad o discapacidad motora, es una tarea ardua, pero vital para mantener el contacto con el exterior.
• Informar y concienciar a los familiares que convivan con la persona en situación de dependencia, que en las actividades que se realicen y a las que les acompañen, debe hacerse adecuándose al ritmo de la persona.
• Seleccionar actividades que sean adecuadas al proceso evolutivo en el que se encuentra la persona en situación de dependencia, y que le hagan sentirse útil y valorada.
• Respecto al entorno, se planificarán actividades seguras, evitando aquellas que puedan suponer un peligro.
• Analizar las actividades que funcionan y las que no. No se trata de realizar actividades por realizarlas, deben tener unos efectos beneficiosos para la persona dependiente. Realizar actividades como rutina, sin ningún efecto positivo para la persona que la realiza, no tiene ningún sentido.
• Realizar actividades motivadoras nuevas.
• Motivar a la participación. Reforzar sus logros, pero siempre de manera sincera y no fingida.
• Evaluar las barreras físicas del entorno donde se realicen las actividades y en la medida de lo posible, realizar itinerarios alternativos o buscar centros adaptados, para que no resulte excesivamente complicado participar en una actividad.

Asimismo, es necesario tener en cuenta, que a la hora de planificar actividades para personas que no tienen capacidad de iniciativa y participación, las actividades deben ser muy sencillas:

• Salir a la calle, si es posible una vez al día para distraerse o tomar el aire, paseando por entornos agradables y tranquilos.
• Dentro del hogar o institución, escuchar música, leer el periódico…
• Las personas mayores en situación de dependencia, para desarrollar su memoria, pueden ojear un álbum de fotografías y hablar de ellos de cuando eran jóvenes, preguntarles por las personas que aparecen, qué relaciones mantenían con ellos, recordar momentos importantes de su vida, como el nacimiento de algún hijo o nieto, evocar recuerdos de experiencias vividas como viajes…
• En ocasiones viene bien realizar un ritual antes de comenzar una actividad, como poner la música favorita, tomar un refresco o bebida que les guste, etc.
• Si no están dispuestos a participar en una actividad, cambiarla por otra o incluso dejarles, sin obligarles a realizar ninguna, porque acompañar no es imponer y avasallar, no supone que hay que cumplir un plan establecido a toda costa, aunque se haya diseñado con la mejor de las intenciones. Se trata de estar al lado, sin presiones, sin agobios, sin imposiciones.

Como se ha comentado anteriormente, la labor de acompañamiento puede realizarse tanto si se interviene en el ámbito domiciliario como en una institución. Por ello, el proceso de registro de documentación personal será diferente dependiendo del marco donde se desarrolle nuestro trabajo.

En el ámbito de la institución, el registro de la documentación está estandarizado y sistematizado y se concreta en protocolos elaborados y desarrollados por los distintos profesionales que forman el equipo interdisciplinar. Así pues, como se explicará en la unidad de trabajo número 7 con mayor detenimiento, existen una serie documentos que facilitan la recogida de información sobre las personas usuarias, como cuestionarios,  entrevistas,  hojas de observación, listas de control, escalas de estimación, …

En el mismo orden, existe una documentación básica personal, que es de obligado cumplimiento para las instituciones, como el Plan de cuidados y el Plan personalizado de atención (PPA), que debe incluir: la historia de vida de la  persona, el proyecto de vida, una valoración de los déficits y potencialidades de la persona, la elaboración de objetivos y diseño y ejecución de las acciones necesarias para paliar, compensar o rehabilitar los déficits o discapacidades detectadas en cada persona usuaria, control y seguimiento continuo de la evolución, así como, el profesional de referencia. El Plan personalizado de atención deberá hacer referencia a las áreas tanto de salud física y psíquica, como al área de interacciones y relaciones personales, y al área comunitaria: ocio, cultura, etc. El Plan personalizado de atención se elabora y actualiza por los distintos profesionales que intervienen con la persona usuaria, teniendo en cuenta su proyecto de vida, y junto con el resto de la documentación personal del usuario, como datos personales, familiares, sanitarios, forman parte de su expediente individual.

En el ámbito domiciliario, el registro de la documentación personal, debe correr a cargo del usuario o de sus familiares si conviven con él. Las distintas gestiones realizadas por cualquier persona generan, una serie de documentación que hay que saber registrar en el propio domicilio, para poder hacer uso de la misma cuando sea necesario.

El Técnico deberá orientar a la persona usuaria o a la unidad de convivencia en su conjunto, sobre los criterios útiles para el registro de esta documentación generada.

Algunas de las recomendaciones que podrían proporcionarse son:

• Clasificar y archivar los documentos en carpetas o archivadores, dependiendo del tipo de gestión o trámite al que pertenezcan, por ejemplo: informes médicos, recibos y facturas, gestiones bancarias, documentación de la vivienda como escrituras, contratos, etc.
• Si son varias las personas que van hacer uso de la documentación, establecer unas normas de uso: como no sacar originales importantes de la vivienda cuando no sea necesario, tener copia de los documentos más importantes, no tirar ni guardar documentos por sistema sin haberlos analizado previamente, no duplicar recibos a los que se puede tener acceso por otros medios, como banca a distancia, etc.
• Colocar los archivadores y carpetas siempre en el mismo lugar. Si se necesita hacer uso de ellos, volver a colocarlos en su sitio y no en otro, evitando que se produzcan pérdidas.
• Idear sistemas para recordar fechas importantes a tener en cuenta, como citas médicas, presentación de impuestos, etc. Se pueden hacer uso de pictogramas para identificar fechas y carpetas de una manera rápida.
• No usar carpetas ni archivadores que sean demasiado pesados y que no resulten manejables. Es conveniente tener varias carpetas pequeñas y manejables que una grande que no se pueda usar.
• Actualizar y revisar los documentos archivados con cierta periodicidad.

Como se ha expuesto en el apartado anterior, en las Instituciones, las actuaciones a realizar, están establecidas y recogidas de forma documental en protocolos.

Existen protocolos individuales y colectivos. Los protocolos individuales recogen el plan personalizado de atención con los seguimientos que se realizan periódicamente. En los mismos también se incorporarán las hojas o partes de incidencias, donde se registren los sucesos no habituales de interés, tales como cambios detectados en la persona usuaria, agresividad, aislamiento, accidentes, caídas…

Asimismo, existen protocolos estandarizados, sobre cómo actuar ante  situaciones  específicas, normalmente ante situaciones de urgencia que pueden surgir en la labor profesional.

Una de las funciones del Técnico es la de seguir los protocolos de actuación diseñados por el equipo interdisciplinar y actualizar los documentos que se deriven de los mismos.

En las Instituciones existen numerosos protocolos de actuación tanto para la gestión personal como para la gestión relacional.

Algunos de estos protocolos son:

• Protocolo de valoración al ingreso en la Institución.
• Protocolo de acogida.
• Protocolo de asesoramiento y entrenamiento en ayudas técnicas.
• Protocolo de Actividades de la vida diaria.
• Protocolo de distintas terapias: como psicomotricidad, gerontogimnasia, estimulación cognitiva, logoterapia, etc.
• Protocolo de Actividades de ocio y tiempo libre. 

Los protocolos establecidos para desarrollar las relaciones pueden ser los que recojan terapias socializadoras, como la ergoterapia, musicoterapia, ludoterapia, grupos de habilidades sociales y de comunicación, grupos de conversación, etc.

PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN:

A continuación te presentamos dos modelos de posibles protocolos de actuación, uno de Actividades de la Vida Diaria y otro de Actividades Socioculturales, de Ocio y Tiempo Libre: