6.1.- Normas de orden y limpieza (I).
En la industria de carpintería y mobiliario, para conseguir un grado de seguridad aceptable, tiene especial importancia asegurar y mantener el orden y la limpieza. Son numerosos los accidentes que se producen por golpes y caídas consecuencia de un ambiente desordenado o sucio, suelos resbaladizos (el serrín es un material muy resbaladizo), materiales colocados fuera de su lugar y acumulación de material sobrante o de desperdicio. Todo esto puede constituir, cuando se trata de productos combustibles o inflamables, un factor importante de riesgo de incendio que ponga en peligro los bienes patrimoniales de la empresa e incluso poner en peligro la vida de los ocupantes si los materiales dificultan y obstruyen las vías de evacuación.
El R.D. 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, en su Anexo II regula la obligatoriedad de mantener los locales de trabajo limpios y ordenados, con las siguientes premisas:
- Las zonas de paso, salidas y vías de circulación de los lugares de trabajo y, en especial, las salidas y vías de circulación previstas para la evacuación en casos de emergencia, deberán permanecer libres de obstáculos de forma que sea posible utilizarlas sin dificultades en todo momento.
- Los lugares de trabajo, incluidos los locales de servicio, y sus respectivos equipos e instalaciones, se limpiarán periódicamente y siempre que sea necesario para mantenerlos en todo momento en condiciones higiénicas adecuadas. Con tal fin, las características de los suelos, techos y paredes serán tales que permitan dicha limpieza y mantenimiento. Se eliminarán con rapidez los desperdicios, las manchas de grasa, los residuos de sustancias peligrosas y demás productos residuales que puedan originar accidentes o contaminar el ambiente de trabajo.
- Las operaciones de limpieza no deberán constituir por sí mismas una fuente de riesgo para los trabajadores que las efectúen o para terceros, realizándose a tal fin en los momentos, de la forma y con los medios más adecuados.
Las actuaciones a realizar para la consecución de los objetivos de mantener una empresa “ordenada y limpia” se estructuran en distintas etapas: eliminar lo innecesario y clasificar lo útil; acondicionar los medios para guardar y localizar el material fácilmente; evitar ensuciar y limpiar enseguida; crear y consolidar hábitos de trabajo encaminados a favorecer el orden y limpieza.
Eliminar lo innecesario y clasificar lo útil.
Al principio será difícil distinguir entre lo que es necesario y lo que no lo es. Debes seleccionar y discriminar los elementos en función de su utilidad para realizar el trabajo previsto, disponiendo de contenedores o espacios especiales para la recogida de lo innecesario. El paso siguiente es clasificar lo útil según su grado de necesidad, para esto debes tener en cuenta:
- La frecuencia con que necesitas el elemento. Ello permitirá almacenar fuera del área de trabajo aquello que se utilice esporádicamente.
- La cantidad de elemento necesaria para el trabajo. Para retirar del entorno de trabajo y almacenar fuera del área de trabajo el exceso o sobrante de material.
Acondicionar los medios para guardar y localizar el material fácilmente.
Una vez que has conseguido eliminar lo superfluo e innecesario, el paso siguiente es “ordenar lo útil”. Debe establecerse claramente donde tiene que estar cada cosa de modo que todo trabajador que vaya a necesitarla sepa de manera indudable dónde va a encontrarla y dónde debe devolverla.
La falta de orden en el espacio de trabajo generan una serie de problemas como la pérdida de productividad (pérdidas de tiempo en búsquedas de elementos y en movimientos para localizarlos) y en un incremento de la inseguridad (golpes y contusiones con objetos depositados en cualquier parte).
Recomendación
En los siguientes enlaces puedes ver el RD 486/98 y la Guía Técnica de lugares de trabajo del INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral).
Citas para pensar
Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa.Jim Durkel