Las frecuencias agudas son muy importantes en audiología pues mejoran la inteligibilidad y aumentan la claridad del sonido. Pero los sistemas tradicionales de acoplamiento entre el audífono retroauricular y el molde, que tienen un diámetro constante del tubo plástico y de perforación para el paso del sonido, limitan de forma significativo la respuesta en las frecuencias más agudas de un audífono de banda ancha.

Si se aumenta progresivamente el diámetro interno de la perforación del molde, se puede obtener un incremento significativo en las frecuencias agudas superiores a 2.000 Hz. Este fenómeno se denomina "efecto bocina" o "efecto trompeta" y es bien utilizado en acústica musical. Del mismo modo, la reducción progresiva del diámetro de la perforación atenúa los componentes de frecuencia aguda, lo cual se conoce como "efecto bocina invertida" o "efecto trompeta invertida".

EFECTO BOCINA O TROMPETA

El agrandamiento progresivo del tubo y de la perforación para el paso del sonido permite un incremento en las frecuencias agudas que puede alcanzar los 10 a 12 dB alrededor de los 6.000 Hz., según la relación entre el diámetro del tubo cerca del auricular y el diámetro de la perforación en el extremo del conducto del molde. Y un aspecto muy positivo es el aumento de la señal a 2.700 Hz que compensa en parte la pérdida de inserción y ayuda a obtener un sonido más natural.

La forma más básica de aplicar el efecto bocina o trompeta a los moldes es la perforación en forma de cono o campana. El cono se talla en la porción del conducto del molde y la profundidad de la perforación debe ser de 17 mm para que resulte efectiva.

Para proporcionar de 8 a 10 dB de aumento por encima de 2.000 Hz. es necesaria una bocina de 3 mm en su extremo más interior, y para 13 a 16 dB deberíamos tallar un cono de 4 mm. Esto plantea problemas con los moldes, ya que el requerimiento de espacio físico es relativamente grande en el conducto del molde y además el riesgo de retroalimentación acústica aumenta.