Pablo aún recuerda cuando estudiaba en la escuela de audioprótesis el momento de realizar su primera toma de impresión, fue sobre una oreja artificial de silicona y aunque el tacto le pareció similar al de una oreja de verdad, sabía que con este "paciente" no se encontraría ninguna queja. Finalmente llegó el día en que tuvo que hacer la toma sobre la oreja de uno de sus compañeros, tomó todas las consideraciones y precauciones que había aprendido al iniciar el curso, que ya había aplicado sobre la oreja artificial, por lo que la experiencia resultó gratificante al comprobar que el resultado era el esperado. Algunos compañeros no lo consiguieron a la primera, los nervios traicionan, pero finalmente, con calma acabaron por conseguirlo. Todavía hoy, cada vez que realiza una nueva toma de impresiones a sus pacientes, le viene a la memoria ese momento, recuerda que siguiendo los pasos aprendidos, las impresiones salen correctamente, recuerda lo importante que es empezar con "buen pie" o mejor dicho con "buena oído" la adaptación.