Toma de impresión del CAE y pabellón auricular.

Caso práctico

CASO. Pablo tiene un paciente "especial", un niño que sólo tiene 18 meses y presenta un cuadro de hipoacusia congénita. Tras los estudios audiológicos realizados en la consulta de ORL, se llega a la conclusión de que es necesario realizarle una adaptación audioprotésica en ambos oídos. Pablo lleva muchos años realizando impresiones pero nunca se había encontrado con unas orejas tan pequeñas. ¿Qué consideraciones debe tener en cuenta? Bien, no deja de ser un oído como otro, pero esta vez en miniatura. Lo que queda claro es que conviene que el niño esté lo más tranquilo posible durante la toma de impresión, quizás lo mejor sea que los padres lo traigan dormido a la consulta.

CONSIDERACIONES GENERALES

¿Te has preguntado alguna vez cómo se prepara un molde? El molde adaptador se prepara a partir de una impresión del oído externo del paciente, la cual debe ser una reproducción muy precisa y completa de sus estructuras anatómicas. Una impresión adecuada es la condición más importante para la producción de un molde que cumpla con los requisitos deseados.
Los tipos de audífonos disponibles en el mercado han evolucionado con el paso de los años, y en la actualidad los modelos de inserción profunda en el conducto auditivo externo exigen cada vez una mayor precisión y exactitud en las impresiones del oído. Para obtener un molde seguro, cómodo y libre de retroalimentación acústica debemos tomar las siguientes consideraciones:

  • Sello acústico. En la mayoría de los moldes el sello acústico se localiza entre la entrada del conducto auditivo y la segunda curvatura, área constituida por tejido cartilaginoso. Si la obturación es inadecuada en esta área, puede producirse retroalimentación acústica, es decir, la señal amplificada escapa del conducto auditivo, alcanza el micrófono y hace oscilar al amplificador. Para obtener un correcto sello acústico, es recomendable tomar una impresión larga del conducto auditivo externo. La ubicación profunda del tapón en el oído permite una buena expansión del tejido cartilaginoso y una mejor definición del área del sello acústico.
  • Retención del molde. Una buena retención del molde en el oído depende principalmente de las prominencias y curvas naturales presentes en la concha auricular y en el conducto auditivo externo. Para los moldes que ocupan la concha auricular, se instaura en el área del hélix, el trago y el antitrago; para los moldes que se ubican en el conducto auditivo externo se encuentra en el conducto auditivo externo, comúnmente en la segunda curvatura, donde se ensancha ligeramente. En el momento de tomar una impresión del oído es conveniente la ubicación profunda del tapón en el conducto auditivo externo, a fin de lograr una apropiada definición del área de retención. Esto evitará que el molde fabricado se desplace hacia el exterior del oído y produzca retroalimentación acústica.
  • Comodidad del molde. Para que un molde sea confortable debe ajustarse cómodamente en el tejido cartilaginoso y no hacer contacto con la porción ósea del conducto. Para ello es necesario tomar la impresión del oído utilizando el material y la técnica adecuados. La comodidad depende también del procesamiento ulterior en el laboratorio de moldes.
    El confort en la porción ósea es más difícil de obtener debido a su mayor sensibilidad, por lo que es necesario extremar los cuidados.
  • Dirección del sonido en el molde. Para una correcta dirección del sonido es necesario que la perforación central del molde esté orientada hacia el tímpano. Esto requiere que la impresión del oído incluya la segunda curva del conducto auditivo.

El sello acústico se obtiene cuando un elemento impide la transmisión del sonido de un lugar a otro.

Este fenómeno se produce cuando la señal emitida por el auricular del audífono se transmite hacia el exterior (a través de la ventilación o por un mal ajuste del molde sobre el oído) y es captada de nuevo por el micrófono del audífono, lo cual se percibe como un ‘pitido’ o acoplamiento. También se conoce como ‘feedback’ o ‘efecto Larsen’.

Nombre que se le da a la zona con forma de saliente, en moldes o carcasas, que se sitúa por encima de la concha.