Oído interno.

Caso práctico

Carmen comenta en la reunión familiar que lo que más le llama la atención del funcionamiento del oído es llegar a interpretar lo que escuchamos. ¿Cómo es posible que unas variaciones en el aire al hablar puedan llegar a ser interpretadas dándolas por las demás personas?

Antonio comenta que el funcionamiento del oído es como el de un ordenador. Las señales que se envían con el teclado, a través de circuitos, son descodificadas en un significado.

Emilia dice:

-El sobrino de una amiga mía de 20 años tuvo un accidente de moto y una de las secuelas que ha tenido es que no logra interpretar lo que le dicen, teniendo, según los médicos, los oídos sin lesiones.

Carmen comenta:

-Debe ser porque ha debido tener un problema cerebral. Tengo entendido que podemos oír mal sin tener lesiones auditivas.

Antonio comenta:

-Está claro que para oir bien además de los oídos tenemos que tener bien el cerebro.

IMPRONTA DEL LABERINTO EN EL PEÑASCO
 

El oído interno se encuentra localizado en el interior del peñasco del temporal, por lo que en una vista superior de la base del cráneo no se podría llegar a ver. En la imagen siguiente, el oído interno se ha sacado desde el interior del hueso que tiene debajo para podernos hacer una idea de su localización y orientación.

Hueso temporal en verde.
De Anatomography - en:Anatomography (setting page of this image), CC BY-SA 2.1 jp, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=24031021. Hueso temporal (CC BY-SA)

El oído interno va a estar encargado de transformar las informaciones acústicas mecánicas del oído medio en información bioeléctrica, que a través de las vías auditivas centrales, va a llegar a las áreas cerebrales de la audición, donde se va a hacer consciente. También va a generar los impulsos nerviosos eléctricos que llevarán la información del equilibrio al cerebro. Por lo tanto desde el oído interno se van a mandar las informaciones auditivas y del equilibrio a las áreas cerebrales específicas donde se van a interpretar las sensaciones.

El oído interno o laberinto lo conforman tres partes claramente diferenciadas, que de delante hacia atrás son:

  • Caracol o cóclea.
  • Vestíbulo.
  • Conductos semicirculares.

El caracol o cóclea se va a encargar de la información auditiva y el vestíbulo y los conductos semicirculares de la información del equilibrio.