Patología infecciosa del oído.

Imagen de pendientes y anillos

Como cualquier órgano, el oído se puede ver afectado por multitud de gérmenes: bacterias, virus y hongos, produciendo una patología infecciosa muy rica y frecuente en cuanto a su prevalencia en la población.

Son varios los factores que van a predisponer el oído a las infecciones, sobre todo en la época infantil. La trompa de Eustaquio en los niños es más corta que en los adultos, el orificio faríngeo de la trompa se comprime y obstruye con más facilidad y su orientación más horizontal dificulta el drenaje de las secreciones y facilita el acceso de los gérmenes de la faringe al oído medio facilitando las otitis medias. Además, la hipertrofia habitual del tejido linfoide de la nasofaringe, vegetaciones o adenoides, puede obstruir el orificio faríngeo de la trompa, provocando infecciones secundarias por mala ventilación del oído medio.

El oído, también, es propenso a ser maltratado con la entrada en el CAE de distintas sustancias y objetos, sin hablar de la nefasta costumbre de introducirse objetos punzantes en el CAE para rascarse el conducto por picor o la introducción de bastoncillos de algodón para limpieza de la cera.

En el CAE no debe de introducirse nada.