¿Cómo se clasifican los traumas acústicos?
TRAUMA ACÚSTICO AGUDO:
Se produce por la exposición a un ruido muy intenso, mayor de 135 dB, de corta duración; hay hipoacúsia inmediata y acúfenos de alta frecuencia. Puede haber lesiones del oído medio por el aumento de la presión sonora (blast auditivo): otalgia intensa, rotura timpánica, otorragia, desarticulación de la cadena osicular.
Lesiones histopatológicas.
Se produce una degeneración de CCE, rotura de la membrana de Reissner, lesión de la estría vascular, hemorragias en el canal coclear y rotura del sáculo. Al principio hay una hipoacusia mixta y tras la recuperación de la transmisión queda como remanente la hipoacusia perceptiva, predominando la pérdida en tonos agudos. Al efecto de la pérdida de sensibilidad se suma el de la onda expansiva: Blast auditivo con otalgia y otorragia.
TRAUMA ACÚSTICO CRÓNICO:
Habitualmente se presenta como enfermedad profesional en personas que trabajan en ambiente ruidoso, mayor de 80 dB, durante mucho tiempo.
Las personas sometidas a ruido durante largo tiempo presentarán:
- Alteraciones psíquicas: cambios de carácter, insomnio, ansiedad, angustia.
- Alteraciones audiológicas: acúfenos, sensación de ensordecimiento, pérdida de audición bilateral.
Con la permanente relación con el ruido, las molestias auditivas se mantienen con pérdida de audición bilateral progresiva, simétrica, que se instaura de manera paulatina y preferentemente en la frecuencia 4000Hz.
El oído, al ser sometido a ruido exagerado, reacciona aumentando el umbral de audición mientras está bajo los efectos de dicho ruido. Esto se consigue por la contracción del músculo estapedial y por la liberación de neurotransmisores por las vías auditivas eferentes que van a limitar el efecto nocivo de la liberación excesiva de glutamato por las CCI: ADAPTACIÓN AUDITIVA.
Si el umbral auditivo permanece alto más allá del periodo de exposición al ruido, hablamos de fatiga auditiva, que ya traduce significación patológica debida a la traducción funcional de un daño orgánico, reversible en principio, de las CCE. Si este daño se repite hasta perpetuarse es cuando hablamos de trauma sonoro crónico cuya traducción es una hipoacusia neurosensorial de frecuencias agudas.
Prevención del trauma acústico:
- Limitar duración de la exposición al ruido.
- Limitar la intensidad de exposición al ruido.