Como apuntábamos anteriormente, en principio desde una ámbito más ligado a la educación no se centrarán tanto los esfuerzos en remediar la pérdida auditiva de su alumnado, sino en algo más amplio como es el desarrollo integral, es decir, en todos los planos o dimensiones de la persona: emocional, intelectual, social (relación con los demás), etc.
Esto no quiere decir que no vayan a tener en cuenta los avances tecnológicos o quirúrgicos de los que se pueda disponer, pero será simplemente un elemento más en el que se van a apoyar para su trabajo en el aula. Tendrán que conocer el grado de pérdida de su alumno o alumna, o si cuenta con la ayuda de un audífono, pero solamente en la medida en que esos aspectos puedan influir en su desarrollo y en su
Desde esta perspectiva los términos "sordo profundo" o "hipoacúsico" tiene un matiz diferenciador un tanto distinto al que pudieran tener desde la perspectiva "médica". Mientras que desde la perspectiva médica el matiz más diferenciador sería el grado o la cantidad de pérdida auditiva, para el mundo educativo serían las implicaciones o consecuencias que dicha pérdida está teniendo sobre el alumno. Podría resumirse de la siguiente manera:
- Hipoacúsico: Posee una audición deficiente:
- Con o sin prótesis auditiva conserva una audición funcional;
- Adquiere la lengua oral por vía auditiva.
- Sordo profundo: Posee una audición no funcional para su vida ordinaria
- Con o sin prótesis no adquiere la lengua oral por vía auditiva.
- Aprende la lengua oral por la vía visual principalmente. Es decir, que la vía auditiva no es suficiente para adquirir "de forma natural" la lengua oral y por tanto habrá que establecer un programa educativo para "enseñársela" utilizando la vía visual como principal entrada de la información (a través de la lengua de signos o con sistemas aumentativos de comunicación
Podría decirse que la perspectiva "educativa": Es una visión más global y pone el énfasis no solo en la persona sino también en el ambiente, principalmente en los contextos socializadores y de desarrollo más importantes para el niño o la niña sordos.
Restos auditivos que permiten reconocer por vía auditiva mensajes verbales cuyos elementos (palabras, sílabas, etc.) ya son conocidos, pero no así los nuevos o desconocidos.
Cuando nos referimos a que niñas o niños sordos aprenden la lengua oral, nos referimos a que no la adquiere de forma natural por el mero hecho de entrar en contacto con ella con otras personas, sino que se la tienen que enseñar a través de un programa rehabilitador, normalmente logopédico o escolar.
Cuando hablamos de adquirir una lengua nos referimos a que el individuo desarrolla e interioriza esta lengua por el mero hecho de estar en contacto con ella y practicarla con personas competentes en esa lengua. Es la forma en la que habitualmente las personas oyentes adquieren la lengua oral, de forma natural y espontánea.
Son instrumentos de intervención logopédica/educativa destinados a personas con alteraciones diversas de la comunicación y/o el lenguaje, formados por un conjunto estructurado de códigos no vocales.
Son ambientes o grupos de personas que promueven las condiciones sociales que favorecen el desarrollo integral de su persona. En el caso de las niñas y niños son especialmente importantes porque aprenden e interiorizan un repertorio de normas, valores y formas de percibir la realidad, que los dotan de las capacidades necesarias para desempeñarse satisfactoriamente en la interacción social con otros individuos.