Los factores expuestos anteriormente pueden estar presentes en la vida de cualquier niño o niña oyente pero algunos son especialmente habituales en los entornos de las niñas y niños sordos.
Cuando el resultado es que las niñas, niños o jóvenes sordos presentan un desarrollo social y personal inmaduro se suelen dar las siguientes características:
- Mayor impulsividad: “no pararse a reflexionar antes de actuar”
- Egocentrismo: “Considerar únicamente el propio punto de vista, sin tener en cuenta el de los demás”
- Inmadurez social: “Habilidad para cuidar y responsabilizarse de uno mismo y de los demás”
- Pobre autoconcepto: “Pobre concepto de sí mismo y baja autoestima”