Las interacciones tempranas de las madres y padres oyentes con sus hijas e hijos sordos se caracterizan por:
- Las primeras interacciones polisensoriales (tacto, miradas, etc.) son iguales que si sus hijos fueran oyentes ya que su hijo o hija sordo accede a estos intercambios, aunque no oiga.
- Se encuentran con dificultades, y estas dificultades generan una “ruptura de la comunicación natural”. ¿Por qué?
- Tienen dificultades para aceptar la sordera de su hijo o hija.
- No saben cómo comunicarse, es decir, desconocen las estrategias de comunicación visual.
- No tienen un código comunicativo eficaz para iniciarle en el “diálogo pre-verbal”.
En el caso de que estos padres y madres se intenten comunican en lengua oral.
- Se produce un choque emocional ya que no encuentran la respuesta oral que esperan por parte de sus hijas e hijos sordos.
- Las interacciones son muy rígidas y controladoras, les falta naturalidad.
La elección del sistema de comunicación en la familia y luego en el colegio influirá mucho en cómo desarrollen las niñas y niños sordos la lengua de signos.