Reflexiona
“Cuando salí de la consulta del médico me sentí como perdida”.
“¡Por qué ha tenido que pasarme esto a mí!”
“No sé cómo pueden saber que mi hijo es sordo con solo esas pruebas…”
“Cuando salí de la consulta del médico me sentí como perdida”.
“¡Por qué ha tenido que pasarme esto a mí!”
“No sé cómo pueden saber que mi hijo es sordo con solo esas pruebas…”
Estas podrían ser pensamientos o declaraciones de padres y madres a los que les han comunicado que su hijo o hija es sordo. Y son totalmente lógicas y esperables. Recibir la noticia de que tu hijo o tu hija tiene una pérdida auditiva no es algo fácil de aceptar. La sordera se vive como un acontecimiento que reviste gravedad porque suele ser inesperado; y como cualquier otra noticia “grave” -o que se vivencia como grave- se necesita un tiempo para “hacerse a la nueva situación”.
El proceso de aceptación de la sordera es algo que se ha estudiado en gran profundidad y se han identificado una serie de estados o fases características que suelen aparecer en las familias que tiene un hijo o una hija sordo, y también en las propias personas a los que se les diagnostica una pérdida auditiva.
Las fases a las que estamos haciendo referencia son las siguientes:
A continuación podrás ir viendo cada fase por separado, pero antes de enfrentarte a su estudio es importante tener presente que:
En este enlace encontrarás una breve historia contada por una madre en la que intenta transmitir cómo es la "inesperada" vivencia de tener a un hijo con discapacidad.