Recordarás que al principio de la unidad hemos visto algunos ejemplos de posibles actitudes y predisposiciones ante la adaptación protésica. Y recuerda también que el audífono es “la marca de la sordera”, es decir, es lo que hace visible a los demás la sordera de la persona por lo que las actitudes y comportamientos que se den en relación a la prótesis serán reflejo de la actitud suscitada por la propia sordera.
No se puede afirmar que exista una “reacción tipo” o común a todas las personas que se enfrentan a la necesidad de una prótesis auditiva, por lo que lo primero que se constata es que existe una gran heterogeneidad de actitudes y posiciones con respecto al uso de la prótesis auditiva.
Algunas de las reacciones y actitudes con las que nos podemos encontrar son las siguientes:
- Ocultarla o quitársela en determinados momentos, intentando así “esconder” su sordera o la pérdida auditiva.
“Cuando era profesora me dí cuenta de que, al principio de curso,
algunos alumnos sordos se quitaban los audífonos al entrar en el instituto” - Valorarla como algo esencial en su vida cotidiana, que le aporta grandes rendimientos.
“Yo sin mis audífonos ya no podría vivir.”
- Considerar la prótesis auditiva como una riqueza añadida al uso de la lengua de signos como vehículo de comunicación.
“Yo llevo audífonos y los necesito para mi vida diaria pero también uso la lengua de signos para comunicarme. Es la lengua con la que me siento más a gusto.”
- Pensar erróneamente que es idóneo para las personas con hipoacusias ligeras, pero no para las profundas.
“Mi padre es sordo profundo y yo siempre lo he visto con audífonos.
Cuando no los lleva se siete raro”. - Rechazar, la prótesis auditiva por considerarla un menosprecio hacia la “identidad sorda”. Esta postura suele obedecer a falta de información o a malas experiencias contadas o vividas con respecto al uso de la prótesis auditiva.
“Yo creo que los audífonos y las prótesis auditivas son un insulto a la sordera.
Es como si se avergonzaran de ser sordos.” - “Llevar el audífono” porque me lo dicen otros.
Yo creo que en realidad no me hacen falta,
pero como mis hijos y mis nietos se han puesto tan pesados…”
Otro aspecto que está en la base de todas estas reacciones y actitudes ante la adaptación protésica son las expectativas ante ellas. Es decir, lo que piensan que van a obtener con el audífono:
“¿Qué voy a obtener con el audífono?”
- Hay personas que lo infravaloran: “No sirve de nada”.
- Otras personas podemos decir que lo idolatran: “Oirá perfecto e inmediatamente”.
- Hay otras personas que se ajustan a la realidad con la información y el proceso adecuado: “Es una ayuda más que no restablecerá la audición dañada”.