El ser humano tiene un aparato cardiovascular, un aparato excretor, un aparato ventilatorio..., todos ellos son un conjunto de órganos, diferentes entre sí, pero con la función única del aparato del que forman parte. A lo largo de la evolución de la especie surge la necesidad de comunicarse, primero mediante la mímica, gruñidos, gritos... pero, con el tiempo, aumenta la necesidad de comunicación: colaboración para cazar grandes animales, intercambio de mercancías... surge la necesidad de hablar. ¿Dónde está el «aparato fonador»? En realidad, no existe, utiliza órganos de otros aparatos para cumplir su función: el habla.

Para poder hablar, la especie humana necesitó una serie de adaptaciones fisiológicas que lo hicieran posible:

• Dientes rectos, no inclinados y todos, más o menos, de la misma altura, lo cual no es necesario para comer, pero sí para producir los sonidos de los fonemas fricativos.
• Labios conectados por un músculo de acciones complejas entre la que destaca la flexibilidad, lo que ayuda a realizar los sonidos de los fonemas oclusivos.
• Boca relativamente pequeña que se puede abrir y cerrar rápidamente.
• Lengua muy flexible con la que se pueden hacer una gran variedad de sonidos.
• Laringe en posición muy baja, lo que permite que la faringe funcione como caja de resonancia. Esto, además, es un problema, ya que, durante la deglución, el bolo alimenticio podría tomar el camino de la laringe, bloqueando los conductos de la ventilación y pudiendo provocar la asfixia. Lo que no pasa en animales evolutivamente próximos, como los chimpancés; ni en los bebés, en los que la laringe está en una situación elevada, de forma que puedan tragar y ventilar simultáneamente.

 

El aparato fonador, para su estudio, se suele dividir en tres partes:

• Cavidad infraglótica, son los órganos de la ventilación, se encargan del suministro del aire.
• Cavidad laríngea, es el órgano fonador, encargado de producir el sonido.
• Cavidad supraglótica, u órganos resonadores. Donde resuena y se amplifica el sonido producido por las cuerdas vocales. Además, de productores del sonido de los fonemas sordos.