La cavidad oral es un espacio que se extiende desde las encías y los dientes hasta el istmo de las fauces; en ella se encuentran una serie de estructura que van a constituir el lugar de articulación de los diferentes sonidos.
Las paredes laterales de la cavidad oral están formadas por las mejillas, estructuras musculares recubiertas en su superficie externa por piel y en su superficie interna por mucosa. Las porciones anteriores de las mejillas terminan en los labios: superior e inferior. Son unos repliegues carnosos que rodean la abertura de la boca y que por su extraordinaria movilidad pueden cambiar fácilmente su volumen modificado así el timbre del sonido.
El paladar es la estructura que forma el techo de la boca y el suelo de la cavidad nasal. Suspendida de su borde libre está un músculo: la úvula o campanilla. Está dividido en dos zonas:; la anterior ósea, conocida como paladar duro y la posterior, con el nombre de paladar blando o velo del paladar.
- Duro: zona anterior, ósea, comienza inmediatamente por detrás de los alveolos. Está formado por los huesos; palatino y maxilar superior y se divide en prepaladar, mediopaladar y postpaladar.
- Blando: está situado en la parte posterior del techo de la boca. Es de naturaleza muscular y tiene forma de arco. Se encuentra entre la orofaringe y la nasofaringe, y se divide en dos zonas: la prevelar y la postvelar. Se levanta durante la deglución.
Los alvéolos son excavaciones revestidas de tejido conectivo, tanto en el maxilar como en la mandíbula y contienen la raíz de los dientes. Los dientes son órganos que se proyectan desde los alvéolos. Su forma es variable según su posición y su función en la masticación. Su presencia o no y su colocación puede variar la forma de articular determinados sonidos.
La lengua es un órgano grueso, musculo-fibroso que puede cambiar de forma. Se proyecta hacia arriba y abajo desde el suelo de la boca y la pared anterior de la faringe. La parte inferior se inserta en el suelo de la boca por un pliegue de la mucosa, en la línea media: el frenillo. Los movimientos de la lengua ayudan a la formación de diferentes sonidos. Su cara superior se denomina dorso y se distinguen de delante hacia atrás: el predorso, mediodorso y postdorso. Su punta o extremo se llama ápice y se opone a la raíz en el extremo posterior.