Observando el sonograma del párrafo anterior, correspondiente a los cinco fonemas vocálicos, se puede ver que el valor de la frecuencia de los Formantes F1 y F2 sufre modificaciones dependiendo de la configuración de la cavidad oral, al filtrar la onda sonora producida por las cuerdas vocales, lo que va a dar el timbre a cada una de las vocales. Se pueden establecer una serie de relaciones:
- Cuanto más abierta se encuentra la cavidad oral en la articulación de la vocal, más aguda es la frecuencia del F1. Las vocales [i, u], que son altas, tienen el F1 bajo. Por el contrario, la vocal [a], que es baja, presenta un F1 más alto. Y las vocales [e, o], que son medias, tienen un primer formante intermedio.
- Cuanto más adelantada se encuentra la lengua en la articulación de la vocal, más alto aparece el F2. Así, el F2 de las vocales [e, i] son los de mayor valor frecuencial, por estar la lengua en una posición más adelantada. En contra de lo que ocurre con las vocales [o, u], en las que, al ser tan posterior la posición de la lengua, el F2 tiene un valor frecuencial bajo. Mientras que en la vocal [a], las frecuencias del F2 son intermedias porque la lengua se encuentra en la zona central de la cavidad oral.
Si se representa F1 en el eje de ordenadas, y F2 en el de abscisas, se obtiene lo que se conoce como triángulo vocálico, o carta de formantes.