Para ello, es importante establecer criterios de racionalidad en la distribución de los espacios de trabajo, vigilando el cumplimiento de lo normalizado. Conviene recordar que cada Comunidad Autónoma especifica los trámites y documentación que deben aportar los solicitantes de apertura de centros sanitarios.

• Deben evitarse los cuellos de botella y los máximos entrecruzamientos en las zonas de paso para conseguir un aceptable nivel de seguridad donde el trabajador no debe sufrir la exposición a riesgos debidos a espacios reducidos, separaciones insuficientes, condiciones de iluminación deficientes, mala distribución de aparatos y equipos, y falta de orden y limpieza.
• También es importante que el odontólogo, desde su posición de trabajo pueda tener fácil y rápido acceso, con movimientos cortos a cualquiera de sus superficies de trabajo (boca, mesa de trabajo, instrumental dinámico, gabinetes, etc.).
• La colocación de las máquinas debe permitir a los trabajadores realizar su labor cómodamente, con accesibilidad fácil a las diferentes partes de la maquinaria y equipos, evitando movimientos forzosos o innecesarios, de acuerdo con criterios ergonómicos.
• Deben tenerse en cuenta los elementos móviles de las máquinas, puesto que en su desplazamiento pueden invadir zonas de paso.
• En las áreas de trabajo con riesgo, se evitará el acceso de personal ajeno a las mismas.

Si en la consulta existen varios gabinetes o equipos dentales, según el diseño arquitectónico, pueden ser:

• Salas cerradas: Con material e instrumental para el tratamiento individual del paciente, es decir, hay un solo equipo dental.
• Salas semicerradas. Los sillones están separados por mamparas que facilitan la comunicación entre profesionales dentro de una misma sala manteniendo la privacidad del paciente.
• Salas abiertas. Con varios sillones dispuestos en círculo o paralelos para la atención simultánea de varios pacientes, se utilizan mucho en el caso de atención bucal a niños.