La comunicación tiene no sólo la función de informar o transmitir datos.
La función afectiva de la comunicación consiste en que el emisor debe otorgarle a su mensaje la carga afectiva que el receptor demande; sabemos que no todos los mensajes requieren de la misma emotividad como tampoco todos los receptores muestran el mismo estado emocional.
La comunicación tiene también una función reguladora, es decir, permite a las personas modificar su actitud con respecto a sus semejantes. De la manera en que se establece el acto comunicativo dependen futuras acciones. Por ejemplo: En una situación crítica es fundamental la manera de comunicarnos con el paciente, de comprender qué le ocurre y de transmitir la información.
Otras funciones de la comunicación dentro de un grupo o equipo:
- Control: Cuando la comunicación sirve para controlar el comportamiento individual dentro de un grupo, como profesionales sanitarios debemos reconocer la jerarquía de autoridad dentro de los profesionales sanitarios.
- Motivación: Transmitir la información de forma clara y sencilla, verificar que se ha comprendido qué se va a hacer, nos permitirá conseguir la colaboración del paciente y de sus familiares.
- Expresión emocional: La relación de ayuda en la atención sanitaria supone una forma de interacción con los demás que no se puede separar de la transmisión de inseguridad o fracaso o de seguridad, es decir, expresa sentimientos.
- Cooperación: La comunicación es una parte importante en la asistencia sanitaria que prestemos en la medida que transmitamos una información significativa al resto del equipo profesional y comprendamos la retroalimentación de la misma.