2.- Comunicación e información al paciente.

Caso práctico

Caludia y Elena charlando.Claudia y Elena están preparando unas charlas para los alumnos de un colegio de su zona básica de salud. Elena está acostumbrada a hablar en público pero Claudia es la primera vez que se enfrenta a esta situación. Elena le comenta a Claudia que lea un artículo que trata de la importancia de la comunicación en el ámbito sanitario pues el higienista oral deberá interrelacionarse con otros profesionales sanitarios relacionados con el ámbito de su profesión y con los usuarios o pacientes y sus familiares, y esta interrelación supone comunicación.

Elena le termina diciendo que el hecho de comunicarse no es fácil, la profesionalidad del equipo es percibida por el paciente que nos observa y saca conclusiones de nuestro aspecto, nuestra manera de presentarnos, nuestro comportamiento y la atención que prestamos al entorno. A todo esto lo llamamos comunicación no verbal.

Se refiere a la relación en la comunicación. Son los movimientos corporales (kinesia), la postura, los gestos, la expresión facial, el ritmo, la cadencia de las palabras, el silencio y los indicadores comunicacionales que aparecen en el contexto. Tiene sus raíces en períodos mucho más arcaicos de la evolución y, por tanto, encierra una validez mucho más general que la comunicación verbal, relativamente reciente y mucho más abstracta.

Es importante que recuerdes que en el sillón, el paciente no puede hablar, pero oye perfectamente lo que decimos, observa nuestro comportamiento y saca conclusiones respecto a nuestro grado de profesionalidad:

  • Por el cuidado de los aspectos físico y profesional.
  • Por nuestro comportamiento.
  • Por el tipo de comunicación no verbal que emplea el equipo.
  • Por la coordinación del equipo.
  • Por el cuidado del instrumental.
  • Por la atención a los procedimientos de descontaminación.
  • Por el cuidado de las áreas operativas y de las zonas de servicio.

En consecuencia el paciente percibe la eficacia, la armonía del equipo, la cortesía, la paciencia, la discreción, la confidencialidad y el control de las emociones como elementos añadidos de valoración de la atención sanitaria recibida.

En definitiva, dar importancia a los aspectos técnicos, operativos y de gestión, reduciendo los tiempos para la comunicación, la información y la escucha activa de las necesidades del paciente, no basta para la atención integral del paciente; hay actitudes que fomentan la comunicación y otras que la bloquean.