2.- Normoclusión.

Caso práctico

Ramón sigue repasando sus apuntes, cuando de repente suena el teléfono. La abuela de Ramón, que está sentada en el sofá, descuelga el teléfono. La llamada es para Ramón, y rápidamente éste se pone al teléfono. Le llama Adela, la odontóloga gerente del nuevo trabajo, y le informa que mañana empezará a trabajar con la ortodoncista. Ramón sabe que un ortodoncista es el especialista en ortodoncia, y que la ortodoncia tiene el objetivo de corregir la malposición dental y ósea, tanto del maxilar superior como de la mandíbula. Pero no recuerda muy bien las características de la oclusión .

Está muy nervioso. Cuando estudiaba el ciclo formativo de Higiene Oral realizó prácticas de empresa en una clínica dental donde trabajaba una ortodoncista muy simpática. En alguna ocasión estuvo con ella y vio algún caso de ortodoncia. Ramón se arma de valor y decide llamar a esta ortodoncista para que le pase algunos apuntes. La ortodoncista, que se alegra de hablar con él, le pasa por correo electrónico unos apuntes de normoclusión y tipos de maloclusiones que cree le pueden ser muy útiles para mañana.

Ramón sigue nervioso pero a la vez muy feliz por empezar mañana en su nuevo trabajo, y empieza la lectura.

La normoclusión se da cuando la oclusión que presenta la persona es perfecta, es decir, no tiene ningún tipo de maloclusión (mal posición dental y/o ósea).


Cráneo con dientes en contacto.

Se refiere a tener una mala mordida, es la relación inadecuada de los dientes, bien sea con los dientes vecinos, y/o con las piezas dentales opuestas. La maloclusión puede deberse tanto a una mala posición de los dientes con referencia a su arcada, como a un problema originado en el tamaño de los huesos maxilares y/o los dientes, o a una combinación de ambas, que pueden producir un apiñamiento dental.