En la cubeta, se coloca el material de impresión ya mezclado y se introduce en la boca del paciente. Inicialmente, el material de impresión tendrá una consistencia más o menos pastosa (según el material utilizado), pero poco a poco irá fraguando, y adoptando así una consistencia más sólida. Una vez haya fraguado, se retira la cubeta de la boca del paciente y se obtiene así un negativo de la boca del paciente llamado impresión dental.
Lo que queremos obtener en realidad es una réplica exacta de la boca del paciente. Para ello, se toman las impresiones dentales, que son el negativo de la boca, y a posteriori se realiza lo que denominamos un vaciado en yeso de éstas. Cuando vaciamos la impresión dental obtenemos un modelo de yeso, que, ahora sí, es una réplica exacta de la boca del paciente.