Antes de tomar la impresión, lo primero es probar la cubeta al paciente. La cubeta debe ser de su medida, ni muy grande ni muy pequeña. Para ello hay que probarla en boca y moverla ligeramente de izquierda a derecha y de adelante a atrás. En ambos sentidos debemos comprobar que la cubeta se mueve ligeramente, es decir que ni queda encajada ni "baila" demasiado. Si al moverla hacia ambos sentidos la cubeta se moviese demasiado significaría que es grande. Si en cambio no se mueve nada o lo hace muy poco significa que es pequeña. En esos casos habrá que cambiar la cubeta por otra.
Por otro lado, hay que comprobar también que la cubeta tiene suficiente altura para registrar todos los tejidos tanto duros como blandos. Pueden ocurrir tres cosas:
- Que al probar la cubeta, esta sea del tamaño correcto del paciente pero quede corta por distal, es decir, que no registre todos los dientes del paciente ya que por detrás la cubeta es más corta y habrá molares que no quedarán registrados en la impresión. En este caso tendremos que alargar la cubeta con el uso de cera blanda (en la fotografía de más abajo la cera blanda es el rectángulo rosa). La cera blanda es un tipo de cera que, al calentarla, se deforma y nos permite añadir un trozo de esta cera por detrás de la cubeta para alargarla. Con una espátula de cera (en la fotografía es la que tiene una etiqueta de color naranja en medio) recortamos un trozo de cera blanda, y la enganchamos (con fuego, calentando la cera con un mechero de alcohol, por ejemplo) a la cubeta. Podemos unir la cera a la cubeta tirando cera blanda desecha que permita unir ambos materiales de forma provisional (simplemente para tomar la impresión). De esta forma conseguimos que una cubeta que era corta por vestibular sea del tamaño que necesitamos para que todos los dientes queden registrados en la impresión dental.
- También puede ocurrir que la cubeta no sea corta por distal, sino que sea corta en altura. Si esto pasa, necesitaremos alargar la cubeta con cera blanda por toda la superficie vertical, ya que si no lo hacemos, no quedarán bien registrados los tejidos blandos, como los frenillos o el fondo vestibular.
- Finalmente puede ocurrir que la cubeta de impresión sea corta tanto por detrás como en altura. En este caso habrá que alargarla en ambos sentidos con cera blanda, tal y como se ha explicado anteriormente.
Como vemos, las cubetas estándar tienen muchas veces desventajas, ya que no adaptan a la perfección a la boca de todos los pacientes. Lo ideal sería hacer cubetas individuales a todos los pacientes para asegurarnos, en primer lugar, que el material de impresión llega a todas las zonas de la boca y en segundo lugar que hay el mismo grosor de material de impresión por toda la cubeta, de tal forma que no se den más distorsiones en una zona que en otra, consiguiendo así un modelo de yeso mucho más exacto a la boca del paciente real.
Es un pequeño pliegue que permite que el labio y la lengua tengan movilidad.
Es la zona donde la mucosa del labio y las mejillas terminan y continua el reborde alveolar ( es decir, la zona donde acaba el labio y las mejillas para unirse con el reborde alveolar).