Como ya hemos dicho anteriormente, los articuladores también se clasifican en función de su grado de ajuste, es decir, de la posibilidad de regularlos según los parámetros individuales del paciente. Así se dividen en no ajustables, semiajustables y totalmente ajustables.
Articuladores no ajustables.
Son aquellos articuladores que pueden reproducir sólo los movimientos de bisagra (abrir-cerrar) o además los movimientos mandibulares de lateralidad y profusión, pero según unos valores fijos y no modificables. Esto significa que cuando un protésico fabrica una prótesis o aparato de ortodoncia en un articulador no ajustable, al ser este "estándar", la prótesis o aparato de ortodoncia se ha fabricado en un "cráneo artificial" muy diferente de la realidad del paciente, por lo tanto la prótesis o aparato de ortodoncia en boca no ajustará de igual forma que en el articulador. Esto obliga al clínico a tener que ajustarlos directamente en boca del paciente hasta conseguir adaptarlos para realizar correctamente su función.
Dentro de los articuladores no ajustables encontramos:
- Articuladores oclusales o charnela.
- Articuladores tres puntas.
Los articuladores oclusales o charnela son los más simples. Permiten sólo posicionar los modelos en máxima intercuspidación sin tener en cuenta el factor condilar. Sólo permite movimientos de apertura y cierre que ni siquiera reproducen con exactitud puesto que la distancia de las cúspides a los cóndilos no se transfiere (el arco de cierre de los modelos no coincide con arco de cierre del paciente). No contemplan ni movimientos de lateralidad ni protusivos. Tampoco tienen unos parámetros fijos que coincidan con un valor promedio de la población.
Los articuladores tres puntas tienen unos parámetros fijos no modificables que coinciden con unos valores promedio de la población. No son iguales a los del paciente, pero al menos tienen más similitud al paciente que los articuladores charnela. No permiten el uso de arco facial (ya veremos después lo que es). Sí permiten movimientos de lateralidad y protrusión, pero con unos parámetros fijos no modificables, que no coinciden con la realidad del paciente, razón por la cual la prótesis que se haya realizado sobre éstos articuladores necesitará un ajuste oclusal de los movimientos de lateralidad y protusión directamente sobre la boca del paciente.