El zirconio es un metal blanco que se usa en forma de dióxido de zirconio. En odontología se está utilizando desde hace ya unos años, y los resultados hasta el momento han sido bastante buenos.
Las prótesis fijas de zirconio-cerámica tienen el núcleo, es decir la parte interna, de zirconio (que como ya hemos dicho es blanco), y este casquete de zirconio se recubre con cerámica por fuera. En realidad, este tipo de prótesis es, en ese sentido, se asemeja a las de metal-cerámica, sólo que, en vez de ser el núcleo de metal, es de zirconio.
Las prótesis fijas de zirconio-cerámica tienen 3 características principales:
- El resultado estético es muy bueno, ya que al ser el zirconio blanco, jamás aparecerá el famoso problema dl ribete negro provocado por el metal negro. Además, el zirconio, si se fabrica con el grosor correcto, deja pasar la luz, igual que lo hace un diente natural. Por lo tanto, son prótesis con muy buenos resultados estéticos.
- Su alta resistencia. El zirconio es un material especialmente resistente. Incluso más resistente que el metal negro. De hecho, muchos odontólogos deciden colocar este tipo de prótesis a los pacientes bruxistas por su gran resistencia a las fracturas.
- Su biocompatibilidad. El zirconio es biocompatible con los tejidos blandos, con una gran calidad de ajuste.
En la siguiente fotografía puedes ver una funda de zirconio-cerámica a tras luz. Observa cómo sí traspasa la luz, por lo que son traslúcidas.
Aquí puedes comparar una funda de zirconio-cerámica con una de metal-cerámica juntas vistas desde el interior. Observa la diferencia.
También puedes ver una fotografía en la que hay tres fundas juntas en el siguiente orden: una de metal-cerámica, otra de cerámica y la última de zirconio-cerámica.
A continuación, vamos a estudiar los diferentes tipos de prótesis fijas más comunes.