Existen
diversos grados de inconsciencia:
	- Alerta (A).
	La persona está consciente y orientada. Responde a preguntas sencillas sin
	dificultad.
 
	- Reacción a
	estímulos verbales (V). En este grado de inconsciencia, la persona
	responde a estímulos verbales, por ejemplo al preguntarle como se
	encuentra, aunque se muestra confuso y desorientado.
 
	- Reacción al dolor
	(D). La persona inconsciente no reacciona a estímulos verbales, pero
	sí al dolor, por ejemplo al pellizcarlo en un brazo.
 
	- No contesta (NC).
	Es el grado de inconsciencia más severo. En este caso no hay reacción a
	ningún tipo de estímulo, ni siquiera al dolor.
 
¿Cómo podemos
valorar el estado de consciencia?
El control del estado de
consciencia se puede realizar siguiendo unos sencillos pasos:
	- Observar a la
	persona que parece encontrarse inconsciente. Mientras nos dirigimos hacía
	ella observamos si realiza cualquier tipo de movimiento o gesto.
 
	- Nos arrodillamos a la altura de sus hombros y le preguntamos en voz alta "¿Se
	encuentra bien?".
 
	- Poniendo las manos en sus hombros lo agitaremos sin brusquedad.
 
	- Si no obtenemos respuesta: La persona está
	inconsciente y gritaremos pidiendo ayuda.
 
La comprobación del estado de
consciencia nos lleva tan sólo unos segundos y descartamos aquellos casos que
pueden originar confusión, por ejemplo personas ebrias, sordas, niños que
fingen inconsciencia, etc.
Son signos y síntomas de urgencia: La confusión
y desorientación, la ausencia de respuesta a estímulos verbales y como signo
más grave la ausencia de reacción a ningún tipo de estímulo.