Claudia ha llegado a casa de sus abuelos. Allí encuentra a su abuela buscando entre un montón de botes del botiquín un jarabe para la tos. El envase tiene aspecto de llevar mucho tiempo guardado y Claudia se lo pide a su abuela para ver la fecha de caducidad. ¡Lleva más de un año caducado!

-No puedes tomar esto abuela -hará falta preguntar en la farmacia.

Claudia decide revisar el botiquín de sus abuelos. Para su sorpresa encuentra muchas que están caducadas y otras abiertas y en las que nadie recuerda para qué se recetaron.

Después de hacer una buena limpieza, el botiquín no parece el mismo. Sobra bastante espacio y los productos que hay son los que forman el tratamiento habitual de sus abuelos.

Cuando comenta el tema con Ramón, este le responde:

-Tener un botiquín en casa es fundamental, pero muchas veces lo llenamos con medicamentos caducados y otros que ya ni siquiera sabemos para qué los hemos utilizado. Cada familia tiene diferentes necesidades y características. No es igual una familia con niños pequeños que otra con personas mayores. De todos modos algunos productos son fijos.