Caso práctico
Ramón sabe que cada segundo que pasa es importante para ayudar a la mujer herida. Sin dudarlo retira la ropa de la mujer y localiza el punto de masaje cardiaco.
"En el centro del pecho", piensa mientras recuerda las prácticas con el maniquí.
Ramón empieza el masaje cardiaco y tras unos segundos se da cuenta de que no está contando las compresiones. ¡Treinta compresiones dos ventilaciones! Sin detenerse empieza a contar hasta alcanzar las treinta compresiones y continúa con la ventilación.
-No sé cuánto tiempo estuve realizando la reanimación, -le comenta.
Más tarde a Esther- Sólo sabía que no debía detenerme.