Si te has preguntado qué pasará si los DESA se instalan en lugares de pública concurrencia seguro que algunas de estas cuestiones se te habrán planteado: ¿Qué garantías tenemos de que no se apliquen descargas a personas que no lo necesitan? ¿A quién corresponde el mantenimiento del aparato?
- Funcionamiento.
El funcionamiento del desfibrilador se basa en emitir un impulso de corriente continua al corazón, despolarizando simultáneamente todas las células miocárdicas, pudiendo retomar su ritmo eléctrico normal u otro eficaz.
El DESA es totalmente ineficaz en la parada cardíaca con asistolia pues el corazón, en este caso, además de no bombear la sangre, no tiene actividad eléctrica; y en la Actividad eléctrica sin pulso, donde hay actividad eléctrica, que puede ser incluso normal, pero sin eficacia mecánica. En estos dos últimos casos únicamente se debe realizar compresión torácica mientras se establecen otras medidas avanzadas.
Los DESAs estándar pueden usarse en niños a partir de los 8 años. Para niños de de 1 a 8 años deben usarse parches pediátricos, de menor tamaño o un modo pediátrico si es posible. Si no es posible se utilizará el DESA normal.
Los DESA son fáciles de utilizar, sensibles y fiables, además de almacenar la información tomada durante todo el evento. Unido a que su coste no es muy elevado, empiezan a instalarse en multitud de lugares.
Los programas de desfibrilación de acceso público es más probable que mejoren la supervivencia de la parada cardiaca si se establecen en lugares donde la parada cardiaca presencial es más probable que ocurra, con una probabilidad de por lo menos una vez cada dos años, como en aeropuertos, instalaciones deportivas, casinos y otros lugares concurridos. Sin embargo el 80 % de las paradas cardiacas extrahospitalarias se dan en ámbitos privados o residenciales, lo que limita significativamente estos programas.
El personal no sanitario autorizado para utilizar un DESA debe reunir unos requisitos mínimos que se regulan en cada comunidad autónoma y que garanticen que poseen los conocimientos mínimos y básicos necesarios para su uso.
De forma general debe acreditarse la realización de un programa de formación, tanto inicial como continuada, para el personal no sanitario, que serán organizados tanto por las comunidades autónomas como por entidades públicas o privadas debidamente autorizadas.
El programa de formación deberá, al menos, desarrollar los siguientes contenidos:
- Identificación de las situaciones susceptibles de uso de desfibriladores.
- Utilización del desfibrilador semiautomático externo.