Las respiraciones de rescate en los niños por encima del año se realizan como sigue:
- Abrir la vía aérea.
- Tapar la nariz entre los dedos índice y pulgar de la mano que está colocada sobre la frente del niño.
- Manteniendo la elevación del mentón, colocar los labios alrededor de la boca del niño.
- Realizar una insuflación de aproximadamente un segundo, observando la elevación pasiva del tórax. En el momento en que se consigue la elevación del tórax no es necesario seguir insuflando.
- Manteniendo la mano en la frente del niño, separar nuestra boca de la boca de la víctima y observar cómo desciende el tórax al expeler el aire.
- Repetir esta secuencia cinco veces. Comprobando que el tórax asciende y desciende de manera similar a las respiraciones normales.
Las respiraciones de rescate para los lactantes se realizan como sigue:
- Abrir la vía aérea buscando la posición neutra de la cabeza del lactante.
- Coger aire y cubrir la boca y la nariz del bebé con nuestra boca. Si el socorrista tiene dificultades para abarcar la boca y nariz del lactante se puede utilizar la misma técnica que para los niños mayores de un año y adultos.
- Realizar una insuflación corta hasta ver ascender el tórax.
- Manteniendo la mano en la frente del bebé, separar la boca de la víctima y observar como el tórax desciende.
- Repetir cinco veces la secuencia comprobando en cada caso la elevación del tórax.
Si existe dificultad para conseguir respiraciones efectivas, la vía aérea puede estar obstruida.
- Abrir la boca del lactante y retirar cualquier obstrucción visible. No realizar un barrido con el dedo a ciegas.
- Asegurar la existencia de una correcta posición frente - mentón, pero igualmente que el cuello no esté hiperextendido.
- Dar cinco respiraciones de rescate, comprobar la efectividad de cada una de las respiraciones, si la respiración no consigue elevar el tórax, recolocar la cabeza antes de un nuevo intento.
Se refiere a la posición en la que el cuello está demasiado estirado, es decir demasiado forzado hacia atrás.