¿Sabes que con la superficie de tus pulmones podrías cubrir un piso de 70 m2? La superficie de los pulmones es fundamental para mantener el intercambio gaseoso, de ahí esa elevada superficie de contacto. En reposo una persona realiza un intercambio pulmonar de unos cuatro litros por minuto.
Una vez que el aire penetra en el cuerpo a través de la nariz y la boca, pasa por la garganta (faringe) hacia el interior de una serie de conductos semejantes a tubos que comienzan en la cavidad de los órganos de fonación (laringe) y la tráquea. A continuación el aire pasa por los dos bronquios principales, uno para cada pulmón. Los bronquios principales, derecho e izquierdo, se dividen sucesivamente en ramificaciones cada vez menores (bronquiolos) a medida que se introducen más profundamente en los pulmones. Los bronquiolos, por último, transportan el aire dentro y fuera de los sacos de aire (alvéolos), donde se produce el intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico.
En caso de insuficiencia respiratoria, el organismo no es capaz de conseguir el intercambio gaseoso necesario para mantener las demandas de oxígeno y eliminación de anhídrido carbónico, del organismo a un nivel adecuado.
Son diversas las enfermedades que pueden originar una insuficiencia respiratoria grave.
En primeros auxilios el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda es un tipo de insuficiencia pulmonar provocado por diversos trastornos que causan la acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar). Este síndrome es una urgencia médica que puede producirse en personas que anteriormente tenían pulmones normales. La insuficiencia respiratoria puede originarse a consecuencia de una infección grave. Debido a la infección se produce una inflamación del tejido pulmonar perdiendo los pulmones su capacidad de funcionamiento normal.
Los síntomas comunes son:
- Sensación de ahogo.
- Respiración rápida y superficial.
- Piel de tono azulado.
- Generalmente sucede tras 24 a 48 horas de haberse producido la lesión original o la enfermedad.
Nuestra actuación se encaminará a detectar lo antes posible la situación de emergencia, acomodar a la víctima en posición semisentada y alertar sin demora a los servicios de emergencias médicas.
Con un tratamiento adecuado pueden sobrevivir alrededor del 50 % de las personas que padecen el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda.