Las hemorragias provocan en todas las personas una situación de alarma. La sangre por su color y aspecto provoca una sensación de urgencia que nos convence de la gravedad de la situación, pero... ¿Cuándo la hemorragia llega a originar una situación de peligro vital?
1.2.- Evaluación de la gravedad.
Un socorrista no puede saber la cantidad exacta de sangre que ha perdido la víctima y sólo puede estimar la gravedad de la hemorragia en base a una serie de signos que muestra el accidentado.
La pérdida de sangre puede dar lugar a un choque hipovolémico, es un síndrome complejo que se desarrolla cuando el volumen sanguíneo circulante disminuye. Es un estado clínico en el cual, la cantidad de sangre que llega a las células es insuficiente para que éstas puedan realizar sus funciones.
La gravedad de una hemorragia depende de varios factores como son:
- La velocidad con que se pierde la sangre. Las hemorragias arteriales son muy graves debido a la velocidad con la que se pierde sangre.
- El volumen de sangre perdido. El choque hipovolémico sobreviene al perder aproximadamente el 50 % del volumen sanguíneo.
- Edad de la persona. Es más probable el shock hipovolémico en niños y ancianos.
- Enfermedades que padezca el individuo. Determinadas enfermedades como la hemofilia aumentan la gravedad de la hemorragia. En otras ocasiones el peligro aparece asociado a los medicamentos que se toman para ciertas enfermedades como por ejemplo en el caso de los enfermos que han de tomar anticoagulantes.
Los signos que se pueden apreciar en el shock hipovolémico son:
- Confusión o disminución de la lucidez mental.
- Sudor frío.
- Palidez y labios azulados.
- Extremidades pálidas y frías.
- Pulso débil y acelerado.
- Relleno capilar lento, al presionar la uña tarda más de dos segundos en recuperar el relleno capilar.
- Sensación de sed.
- Presión arterial baja.
- Respiración rápida y superficial.
La actuación en el shock hipovolémico es la misma que estudiamos en el apartado de las hemorragias internas.
Enfermedad hereditaria, ligada al sexo que la padecen los varones y la transmiten las mujeres, caracterizada por la falta del Factor VIII de la coagulación
A medida que se va produciendo la pérdida de sangre, el aporte de oxígeno al organismo se va reduciendo. La respuesta es aumentar el ritmo cardiaco y de la respiración para mejorar la oxigenación de las células.