2.2.- Atención inicial en heridas graves.

La diferencia entre una herida simple y una herida grave puede resultar fácil, en el caso de tener dudas es preferible actuar considerándola como grave.

¿Qué factores te llevan a pensar que se trata de una herida grave?

Ilustración con un maletín blanco sobre el que hay dibujada una cruz roja.
Debes sospechar que es una herida grave cuando sea extensa, profunda, contenga cuerpos extraños, esté infectada, o se encuentre en zonas como cara, orificios naturales, abdomen, tórax o cráneo. Además todas las fracturas externas tienen consideración de heridas graves.

Fotografía en la que se aprecia un corte profundo en la palma de la mano. El corte está sangrando y la persona herida está agachada y sujetando el brazo herido con la otra mano.

El tratamiento de este tipo de heridas es complicado por lo que tu actuación irá encaminada a mantener al herido en las mejores condiciones posibles hasta la llegada de servicios médicos.

Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Si hay objetos clavados no deben extraerse, pues pueden estar taponando algunos vasos. Inmovilizaremos el objeto procurando que tenga el menor movimiento posible mientras se espera la llegada de los servicios médicos.
  • No explorar ni tratar de curar la lesión.
  • Colocar un gran apósito estéril sobre la herida.
  • Control de las constantes vitales.
  • No dar de comer ni de beber a la víctima.
  • Esperar el traslado a un centro hospitalario.

Además de las normas generales ya comentadas, existen casos especiales de heridas graves:

  • Heridas perforantes en el tórax.

    A diferencia de las heridas leves, el dolor es muy intenso y provocan dificultad respiratoria e incluso tos con sangre (hemoptisis).

    Si la herida lesiona el pulmón y la pleura se puede producir una grave dificultad respiratoria, al acumularse aire en la cavidad pleural, lo que provoca el colapso del pulmón.

    Ilustración con un hombre en posición semisentada. Está apoyado en el suelo. Las piernas extendidas y el tronco algo elevado con una inclinación de unos 45 grados. Se apoya en el brazo derecho para mantenerse algo erguido.

    En estas situaciones es necesario:

    • Limpiar y secar el tórax con gasas para localizar la herida.
    • Colocar un taponamiento oclusivo parcial, es decir, cubrir la herida con material impermeable, cerrando este material sólo por tres lados. De este modo conseguimos que el tejido impermeable actúe como una válvula unidireccional, permitiendo la salida del aire pero no la entrada (al inspirar, el aire que intenta entrar hace que el tejido se pegue a la piel, cerrando el paso, y al espirar, el aire que intenta salir despega el material de la piel, permitiendo la salida).
    • La posición de espera es semisentado.
  • Heridas perforantes en el abdomen. Ilustración con un hombre tumbado en el suelo boca arriba. Mantiene las piernas flexionadas y apoya las manos sobre su abdomen.

    En estos casos ha de pensarse en la posibilidad de hemorragia interna.

    • Si hay perforación del tubo digestivo se presenta un cuadro de abdomen agudo, con rigidez en la zona.
    • Si se ha producido la salida de contenido intestinal, no se intentará reintroducir, sino que se cubre con un apósito estéril húmedo.
    • La posición de espera es en decúbito supino (boca arriba) con las piernas ligeramente flexionadas.

Membrana serosa que recubre los pulmones y parte de los bronquios

Es un espacio virtual, es decir existe pero en condiciones normales no es visible, formado por las dos hojas que constituyen la pleura, que son la parietal (la que va pegada a la pared de la caja torácica) y la visceral (la que va pegada al órgano)

Cuadro de dolor intenso localizado en el abdomen y que puede tener múltiples causas

Autoevaluación

Pregunta

Indica entre las siguientes heridas las que tienen consideración de graves.

Respuestas

Herida abierta desde el pómulo hasta la barbilla.

Fractura abierta de clavícula.

Herida producida por un clavo en la zona de los gemelos.

Herida producida por arma blanca en el abdomen.

Retroalimentación