4.3.1.- Técnicas de movilización (II).

Fotografía antigua en blanco y negro de dos soldados llevando a otro soldado entre los dos. El soldado que está en medio va tiene echados los brazos sobre los hombros de los dos compañeros.

El arroyo está rodeado de laderas abruptas pero tenemos la suerte de que nuestro amigo está consciente y es capaz de mantenerse en pie. ¿Qué técnica de las anteriores utilizarías?

Seguramente eres consciente de que las anteriores técnicas requieren un gran esfuerzo físico y las técnicas de arrastre provocan daños fácilmente en la zona de la lesión. Sin embargo existen otras posibilidades de movilización contando con la colaboración del herido.

Hay que tener especial cuidado con los heridos que han sufrido algún tipo de fractura, pues una incorrecta manipulación puede originar que una fractura cerrada pase a convertirse en abierta, o que los fragmentos de hueso originen un mayor daño nervioso o vascular.

Además de las técnicas vistas en el apartado anterior, se pueden utilizar estas otras, valorando en cada caso la técnica más adecuada en función de las lesiones del herido y de la necesidad de rescatarlo o ayudarle en el traslado.

  • En brazos. Es una técnica adecuada cuando la víctima es ligera y no sufre traumatismos serios. A la hora de elevarla es conveniente cuidar nuestra posición, siendo preferible flexionar nuestras rodillas y elevarla verticalmente.
  • A cuestas. En caso de que la víctima no tenga lesiones serias y esté consciente, podemos trasladarla sobre nuestra espalda. Este método permite movilizar a personas relativamente corpulentas, aunque es necesario contar con la ayuda del accidentado, que debe colaborar para sujetarse al socorrista.
  • "En muleta". Con esta técnica podemos ayudar a un lesionado que pueda caminar por sí mismo. Nos colocamos de modo que el herido pueda apoyarse en nuestro hombro y lo podemos sujetar por la cintura para darle un segundo punto de apoyo. Si hay dos socorristas pueden colocarse a ambos lados.
  • Método del bombero. Esta técnica permite mover a una persona inconsciente siempre que el socorrista sea al menos tan corpulento como la víctima. Permite además dejar al socorrista una mano libre que le permita sujetar algún objeto necesario (linterna, máscara de oxígeno), o bien sujetarse agarrándose a una barandilla. Como inconveniente, necesita de una importante fortaleza física y conocimiento de la técnica. No hay que olvidar que una víctima inconsciente no debe ser movilizada salvo que se trate de un rescate.
    • El socorrista debe colocarse frente a la víctima y levantarlo hasta colocarlo de rodillas y de pie apoyándolo en una pared.
    • A continuación se pasa el brazo del socorrista alrededor de uno de los muslos y se carga a la víctima sobre la espalda.
    • El brazo que se ha pasado bajo el muslo se utiliza para sujetar el antebrazo de la víctima.
    • El socorrista ha de ponerse de pie con la persona inconsciente sobre su espalda. Una vez de pie se acomoda el peso para equilibrarlo.

En los siguientes enlaces, encontrarás imágenes de éstas y otras técnicas.

Para saber más

Enlace a la guía sanitaria de los trabajadores del mar, donde se ven las diversas técnicas de transporte de accidentados. Ls encontrarás en el capítulo VI a partir de la página 119

Transporte de accidentados.